La polémica por esta posible interacción del casero en nuestra estancia en un alojamiento tipo Airbnb comenzó con una campaña de publicidad de la compañía de climatización Airzone, que ofrece soluciones para el control del aire acondicionado. En una de ellas aparecía uno de sus productos, Aidoo, un control WiFi para aire acondicionado y uno de los posibles usos era para controlar si tus huéspedes ponían la refrigeración a una temperatura muy baja, lo que aumentaría el consumo y por tanto la factura para el arrendador.

Control a distancia del aire acondicionado

En lo que es objetivamente una mala campaña publicitaria, el anuncio decía lo siguiente: “Mi nuevo huésped pone el aire a 18º todo el día. Toma el control de tu aire y ahorra estés donde estés”. Debajo ponía que el producto, Airzone Aidoo, está disponible en Amazon y así es.

El principal problema del producto es el enfoque. Instalar uno en nuestra casa puede ser realmente útil por ejemplo para enfriar la casa antes de llegar y que de esa manera esté suficientemente atemperada en verano. También puede ser una forma de apagar el aire acondicionado si nos lo hemos dejado puesto por olvido o porque pensábamos regresar a casa en pocos minutos y al final nos hemos entretenido. El uso habitual de un dispositivo que permite apagar o encender remotamente, vaya.

Sin embargo, que el principal reclamo sea controlar si tu huésped, sea de forma temporal como en un Airbnb, o el inquilino habitual en un alquiler tiene la temperatura tan baja que consideres que te va a subir la factura, parece descabellado. Más allá de lo polémico, ¿desde el punto de vista es legal que lo hicieran?

¿Puede controlar el uso tu casero de Airbnb?

Que no queramos que nos hagan algo no significa que no se esté en derecho de que nos lo hagan, así que hay que rebuscar en las normativas dispuestas en la legalidad vigente. Comencemos por ver qué defensa hace la marca propietaria del artículo de la discordia. En declaraciones a El Periódico de España, Laura Rizo, jefa de producto y comunicación de Airzone, la empresa malagueña especialista en climatización inteligente que se publicita, dice lo siguiente:

“La tecnología existe para facilitarnos la vida y resolver problemas. Nosotros nos dedicamos a la regulación y al control de energía en edificios con el fin de reducir el consumo. El aparato se conecta a la máquina de aire acondicionado y permite, gracias al WiFi, regularlo desde cualquier sitio. La persona que lo use y la que lo controle pueden ser distintas, según muestra la publicidad: propietario y huésped o madre que se ha ido de vacaciones e hijos que se han quedado en casa y tienen todo el día el aire puesto a 20º”. Respecto a la legalidad de cambiar la temperatura a una casa en la que está otra persona, la empresa no lo tiene claro. “Habría que preguntárselo a un experto en leyes”.

Esas opiniones de expertos en leyes las encontramos en Maldita.es, con testimonios que dejan claro que hay cierta incertidumbre al respecto. El resumen es que no hay legislación específica sobre quién tiene el control del mando.

Juan Ortolá, abogado de Derecho Civil en Ortolá Abogados, opina que, mientras que el arrendador tiene que cumplir las condiciones mínimas de habitabilidad que marca la ley, la regulación de la climatización depende de quién pague los gastos de suministros. Aun así, en caso de que sea el casero, colisionan dos intereses: el del propietario de impedir un uso abusivo, y el del inquilino de regular estos dispositivos a su gusto.

Alfonso Rodríguez Sánchez, presidente de Consubal (Consumidores y Usuarios de Islas Baleares), asegura que en estos casos es importante fijarse en las condiciones de uso. Especialmente cuando se trata de arrendamientos vacacionales, ya que el “propietario de la vivienda no puede controlar la temperatura si no forma parte de las condiciones de contratación”.

 

Fuente: adslzone