Llegar a conseguir el trabajo de tu vida no es fácil. Por lo general, es posible que haya muchas otras personas que se estén postulando al mismo puesto y con las que compitas por una sola plaza. No obstante, hay formas en las que puedes aumentar tus posibilidades de alcanzar el éxito. Sigue leyendo para que te echemos una mano y que así aumentes tus opciones de conseguir el puesto perfecto.

Tu dirección física

¿Por qué crees que sería necesaria poner la dirección donde resides en el currículum? No parece que tenga mucho sentido en estos tiempos. Tu email es todo lo que necesitan los reclutadores para poder ponerse en contacto contigo, así como el teléfono. Piensa que la presencia de la dirección física en los currículums viene de tiempo atrás, de una era en el cual no existía Internet y cuando las candidaturas se rechazaban por carta.

En esos tiempos las empresas enviaban cartas de rechazo por correo tradicional a los candidatos que no habían sido aceptados. Hoy día, seguramente ningún negocio lo siga haciendo. Además, piensa que no es muy recomendable que tu dirección esté circulando libremente por plataformas de búsqueda de trabajo o en todos los buzones a los que hayas llegado a enviar tu perfil.

Conocimientos informáticos

Hoy día todo el mundo sabe usar un ordenador, ya sea un equipo PC con Windows o un Mac. Por lo tanto, no es necesario indicarlo en el currículum ni darle ningún tipo de relevancia. Tampoco vas a ser elegido para un puesto dependiendo de si sabes usar una plataforma u otra, puesto que solo tendrás que habituarte al uso del sistema de la empresa una vez comiences en el trabajo.

Indicar conocimientos de Windows o Mac, por ejemplo, era bastante frecuente en el pasado, cuando los ordenadores eran más nuevos y sí se le aportaba relevancia. Hoy día lo único que hace es rellenar tu perfil y no es un dato con el que resulte interesante hacerlo. Lo más probable es que necesites espacio para información que de verdad sí resulta interesante.

Grados de habilidad

Es muy posible que, en algún momento, hayas tenido un currículum que incluye grados de habilidad. Por lo general, se representan con barras, colores o algún tipo de gráfico que te permite indicar cuál es tu nivel de capacidad en una función concreta. Pero, por lo general, suelen ser un elemento que confunde al entrevistador y que hace dudar de las capacidades reales que tienes.

Los grados de habilidad pueden representarse de esta forma: Uso de Office – 4 estrellas, Configuración de servidores – 3 estrellas o Programación web – 5 estrellas. El problema de esto es esa confusión que se produce. ¿Por qué tienes tres estrellas en configurar servidores y, de todas formas, lo añades en el currículum? ¿Qué diferencia hay realmente entre las tres y las cinco estrellas? ¿No debería esperar el reclutador a un candidato que tenga mejores valoraciones? Al mismo tiempo, se trata de una autoevaluación, por lo que todo acaba siendo extraño. Si quieres reflejar las grandes habilidades que tienes en alguna función, lo mejor es que lo añadas en un apartado donde hagas varias indicaciones de este tipo. Pero sin estrellas ni valoraciones.

La edad

No, la edad ya no es necesaria. Uno de los aspectos a los que más relevancia se da en la actualidad es a separar el perfil profesional del personal, lo cual ayuda a los reclutadores a concentrarse en la búsqueda del mejor talento y evitar decisiones que puedan verse influidas por opiniones subjetivas. Por ello, la edad es uno de los factores que no se indica de una manera habitual.

La fecha de nacimiento sí que puede estar presente, aunque habrás visto que hay plantillas de currículums en las que se trata de un campo que también está desapareciendo. De todas formas, aunque la fecha esté, no es lo mismo que incorporar un número concreto que identifique tu edad. Por lo general, a los años no se les da tanta importancia y no es algo que llegue a pesar tanto en la decisión de si darte el trabajo o no.

Referencias

El uso de referencias también da la sensación de que date de otros tiempos. Piensa que es importante que tu currículum sea dinámico y que no resulte demasiado cargante. Incorporar referencias, cartas de recomendación y otros elementos podría no ayudar a que consiguieras el puesto. Tampoco es recomendable que incluyas un mensaje en el que indiques que, si quieren referencias, las puedes enviar. Es un relleno que es mejor eliminar.

Lo más probable es que el reclutador con el que estés hablando y que haya visto tu currículum te pida esas referencias una vez continúes avanzando en el proceso de contratación. Por lo tanto, aunque no las incluyas, sí que es recomendable que las tengas a mano.

Información irrelevante de tus estudios

Lo más importante es que incluyas los detalles sobre la universidad en la que te has licenciado o dónde has cursado tus estudios de posgrado, así como los títulos que tengas. Pero no es relevante que los reclutadores sepan en qué periodo de tiempo te sacaste la carrera o cuánto tiempo pasaste haciendo cada uno de los cursos. Ayuda a que tu currículum pase por un buen proceso de adelgazamiento y elimina estos datos para que la información que compartes vaya más al grano.

Por supuesto, no deberías incluir absolutamente nada relacionado con el instituto, ni tampoco con las actividades que realizaste en el mismo. Incluso en casos en los que estuvieras al frente de alguna actividad, no suele ser demasiado relevante. Lo que ocurre en esa época de tu vida no tiene tanta importancia como quizá creas a la hora de conseguir un trabajo. Por supuesto, puede haber excepciones.

Las redes sociales

Con matices. Hay algunas redes sociales que se deben compartir en todos los casos, como LinkedIn. Al fin y al cabo, se trata de una red social pensada para profesionales y que, al mismo tiempo, es una buena forma de encontrar trabajo. También podrías incluir otras redes sociales como Twitter o Instagram, pero solo si existen motivos profesionales para hacerlo.

Si sueles usar este perfil social para enseñar tu trabajo o con la intención de comunicarte con tus seguidores, sí podrías añadirlo. Pero no pongas tus redes sociales si lo que va a encontrar el reclutador en ellas es una constante serie de memes, fotos de animales o, lo que es peor, comentarios deportivos o de política. Todo eso es mejor que lo evites.

Habilidades que no vienen a cuento

El apartado típico de «Intereses» no está del todo mal y lo podrías dejar en el currículum. Pero si lo vas a poner, lo mejor es que te asegures de que esos intereses entran dentro de una línea estándar y que no hagan que destaques de una manera demasiado estridente. Como te decíamos antes, los reclutadores prefieren no hacerse imágenes de tu persona en base a ese tipo de información no profesional. Tampoco deberías incluir detalles acerca de tus logros personales o habilidades que pienses que pueden ser de interés cuando, en realidad, no lo son.

¿Cuántos cambios vas a hacer?

Hemos tomado de referencia consejos y opiniones que han dado reclutadores y otros profesionales, así que es lógico que no estés de acuerdo con todo lo que te hemos dicho. Hay algunas recomendaciones que quizá desentonan con lo que pensábamos que era recomendable para un buen currículum. De todas maneras, es cierto que el mercado profesional cambia y evoluciona y que cada vez tiene unas necesidades distintas. Por ello, nunca está de más conocer cuáles son esas cosas que podrías cambiar para intentar conseguir un buen empleo.

Además de todo lo que ya hemos dicho, todavía hay otros cambios que se puedan realizar. Por ejemplo, cada vez son menos importantes las habilidades pasivas, como ser un buen líder, trabajar en equipo o tener afán de superación. Hoy día son rasgos que se dan por entendidos en los candidatos y que no impresionan a quien esté gestionando el proceso de reclutado. Esperamos que tengas en cuenta estos consejos y que no tardes en encontrar trabajo, ¡mucha suerte!

 

Fuente: adslzone