Actualmente, prácticamente toda la velocidad de fibra que contratamos es la que nos llega a casa. O, al menos, la que nos puede llegar en un momento en el que no haya saturación. En el momento en el que la conexión esté saturada, la velocidad máxima puede caer considerablemente. En el caso de Digi, el operador contrata poca capacidad a Movistar, y en horas punta la velocidad máxima puede caer por debajo de los 20 Mbps.

En España ya tenemos la velocidad mínima garantizada

Por ello, los operadores están obligados a determinar en sus condiciones cuáles son las velocidades mínimas que garantizan a quienes la contraten. Cuanto mayor es la velocidad contratada, menor suele ser la velocidad mínima garantizada. Normalmente se garantiza en torno a un 70 u 80% de la velocidad contratada, pero la cifra puede llegar en ocasiones a la mitad.

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Etiquetas en Estados Unidos

En Estados Unidos, la situación es aún peor. Allí todavía hay mucho despliegue de cable, ya que los operadores no han invertido para renovar la red y sustituirla por FTTH al mismo nivel que otros países desarrollados. El cable HFC, al utilizar cobre, suele tener también pérdidas en la distancia, y la velocidad que llega a los usuarios finales puede no llegar a ser la anunciada.

Por ello, la FCC ha propuesto aplicar este sistema de calificación a los operadores, donde en lugar de etiquetas nutricionales, aparecían datos como el precio, la velocidad, la latencia o los datos disponibles en la tarifa. Gracias a ello, no sería necesario tener que estar indagando en las condiciones para encontrar los parámetros y datos reales de cara tarifa.

Quieren evitar que los operadores escondan detalles

En Estados Unidos, es bastante común que los operadores escondan costes adicionales en las tarifas (un 50% o más de lo anunciado) y limitaciones en algunos servicios. Por ejemplo, puede que no detallen que hay un coste mensual por tener el router en casa, velocidad de subida más lenta que la de bajada, o límites en las tarifas de datos.

Según la propuesta, los operadores tendrán que mostrar claramente tanto la tarifa promocional contratada como el precio final de cada tarifa. También deberán detallar cualquier limitación en la tarifa de datos, en los costes adicionales, en el alquiler del router, los impuestos y costes adicionales. Básicamente, el usuario ha de poder identificar fácilmente el precio final de las tarifas.

En la actualidad, la mayoría de los operadores muestran sus tarifas con mensajes como «espectaculares velocidades de hasta 400 Mbps», pero no permite conocer realmente la velocidad que va a llegar a cada usuario. Con las etiquetas, se puede saber rápidamente la información real de cada tarifa.

 

Fuente: Techspot | adslzone