La CNMC nos brinda interesantes datos que nos permiten hacernos una idea de la imparable evolución de la fibra óptica hasta el hogar. Aunque también habla de HFC para darnos el conjunto de las redes de nueva generación, lo cierto es que el cable está estancado y no se han producido nuevos despliegues en los últimos años. De hecho, operadores como Euskaltel, están trabajando a marchas forzadas para migrar toda su red a FTTH por diferentes motivos y bastantes ventajas competitivas. Vodafone deberá tomar una decisión a no mucho tardar.

La fibra óptica, una locomotora imparable

Sólo en el año 2020 se instalaron un total de 3,5 millones de nuevos accesos FTTH. Como el despliegue ya está avanzado en grandes ciudades, el 81% de estos 3,5 millones fueron desplegados en los municipios de menos de 100.000 habitantes. El ADSL sigue siendo el modo de accesos a la banda ancha en los municipios con población inferior a los 1.000 habitantes. Sin embargo, debemos saber que un año antes, también lo era de los de menos de 5.000 habitantes.

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La contratación de conexiones de fibra óptica también siguió viento en popa. En diciembre del pasado año se alcanzaba la cifra de 11,17 millones de conexiones activas, un 11,6% más con respecto al año anterior. Los operadores alternativos sumaron el 75% de los nuevos accesos activos FTTH.

En las dos grandes ciudades, como Madrid y Barcelona, los accesos activos llegaron a un 85,5% y un 86,3% de los accesos totales. Por su parte, en las ciudades de más de 10.000 habitantes, este porcentaje también fue muy alto llegando al 71,5% del total de accesos de banda ancha. No podemos olvidar que la media nacional se situó en el 72,4%.

Por operadores, la cuota de mercado de Movistar se situó en el 38,1% sobre el total de accesos activos de banda ancha fija. La operadora azul ha retrocedido un 1,2% con respecto al año 2019, aunque no de la misma forma en todos los lugares. El mayor descenso fue en las ciudades de menos de 100.000 habitantes.

 

Fuente: adslzone