PlayStation 5 comenzó con importantes problemas de stock que convirtieron el acceso a la consola en una odisea. Pero con el paso de los años, Sony ha solucionado la situación y se ha asegurado de que hay unidades de la máquina en todas las tiendas. Eso les ha ayudado a alcanzar la cifra de 50 millones de la que hablamos y con la que le dan un golpe de impacto a la autoestima de Xbox.

Dos enfoques distintos

En esta generación, cada uno de los fabricantes ha optado por una estrategia diferente. Sony se ha mantenido en una posición bastante tradicional, buscando asentar su hardware en el mercado y nutrirlo de títulos que generen beneficios con la venta de los juegos. Como novedad, la empresa nipona ha decidido abrirse al mercado del PC, algo que habría sido impensable hace 10 años. Pero la jugada, a la vista de datos recientes de ventas, les ha salido a las mil maravillas, puesto que han generado una nueva fuente de ingresos que está siendo muy exitosa.

Por su lado, Microsoft ha buscado quitar relevancia a tener una consola Xbox Series X o una Xbox Series S. La entidad norteamericana ha preferido volcarse en el servicio Xbox Game Pass, al cual se puede acceder desde una enorme cantidad de dispositivos. No parecía la estrategia más inteligente a favor de mantener el negocio del hardware en primer nivel, puesto que los usuarios podían llegar a jugar a lo mismo con una Smart TV que con la consola de Microsoft. Al final, con los resultados que Sony ha puesto sobre la mesa que reavivan la rivalidad de PlayStation y Xbox, podemos comprobar que, como era de esperar, la división de Xbox no tomó una buena decisión.

Perdiendo el rumbo

El principal problema de Microsoft es que ha cambiado de una manera tan radical su comprensión del mercado del gaming, que ha perdido el rumbo respecto a lo que aparentemente quieren los usuarios. El servicio Xbox Game Pass, aunque puede ser una buena idea desde cierto punto de vista, en realidad está actuando en contra de los beneficios de los jugadores que buscan una experiencia de uso de calidad. Para verlo, solo hay que comprobar cómo ha cambiado la producción interna de los estudios de Microsoft, lanzando una menor cantidad de títulos anualmente y dejando un impacto inferior con sus creaciones.

Muchos de los expertos atribuyen este cambio en la producción de juegos de Xbox a su llegada a Game Pass de forma «gratuita». Eso ha llevado a apreciar que la empresa de Redmond está cambiando su forma de explotar el mercado a un punto en el cual no consigue conectar con los usuarios. El público, hoy por hoy, prefiere mantenerse fiel al chorreo de lanzamientos de primer nivel, a las producciones triple A propias de Sony o Nintendo que dejan huella y que ponen de acuerdo a los usuarios para pasarlo bien delante de la consola durante horas. Microsoft y Xbox también tienen este tipo de juegos, pero salvo algunas excepciones, no están logrando el mismo nivel de repercusión. Y el problema no deja de ser este cambio de filosofía de Xbox, la forma de vender sus juegos y de mantener el interés de los usuarios, algo que ha llevado a que Xbox Game Pass se critique por distintos profesionales de la industria.

Larian Studios, empresa responsable del que ha sido elegido juego del año 2023, Baldur’s Gate 3, dejó claro días atrás que su exitoso RPG nunca estará en Xbox Game Pass. No creen que exista ningún motivo por el cual tengan que dar su juego gratis, un tipo de pensamiento con el que también conectan otras empresas y desarrolladores. Las ventas de Xbox Series X/S, podrían estar viéndose muy afectadas por este nuevo enfoque que Microsoft le ha dado a su división dedicada a los videojuegos.

Los últimos informes publicados, aunque no procedentes de la propia Microsoft, la cual no desvela los datos de ventas de sus consolas, apuntaban a que esta generación actual de Xbox solo había llegado a estar alrededor de los 25 millones de unidades. Con esa cifra, la cual apunta a lo alto de forma optimista, estarían en la mitad de unidades vendidas de PlayStation 5. Y eso sin contar el volumen de consolas que Nintendo sigue vendiendo con su Switch, la cual continúa siendo número uno en distintos mercados del mundo, como Japón, donde Xbox prácticamente no existe.

¿Podrá salir de esta Xbox?

La situación no pinta bien. Microsoft está comprando estudios a golpe de talonario e intentando reforzar su catálogo propio de producciones con títulos que sean imprescindibles. Pero de momento, muchas de sus adquisiciones todavía no han dado los frutos que se esperaba. El mundo sabe que han echado el guante a Activision Blizzard y eso será algo crítico para la industria, pero a la hora de la verdad, todavía está por ver cómo se materializa.

Atrás quedaron los tiempos en los que Microsoft lideraba las ventas occidentales con Xbox 360, consola que sí obtuvo un volumen de ventas de primer nivel y con el cual le pusieron las cosas muy difíciles a su principal rival en un periodo en el que cada nuevo Halo revolucionaba el mundo entero. En este tiempo la compañía ha cambiado su enfoque y política y esa insistencia que tienen por hacer de Xbox Game Pass la forma de jugar número uno en el mundo está desplazando a los jugadores más tradicionales. Esos jugadores, los que quieren comprar un juego en la tienda, disfrutarlo y pasar al siguiente en vez de tener 100 juegos disponibles al día de forma digital entre los que no saben elegir, son los que tiene que recuperar Xbox.

Esta generación la tienen perdida y Sony está liderando de manera muy exitosa a la vista de los resultados. Con PlayStation 5 Slim recientemente en las tiendas, el apoyo del stock extra disponible y la premisa del lanzamiento de PS5 Pro en 2024, la consola de Sony no podría encontrarse en un momento más dulce.

 

Fuente: adslzone