De vez en cuando, surge una nueva noticia de alguien que intenta hacerlo. La historia del último caso nos recuerda la importancia de proteger nuestra tarjeta de embarque de los ojos de otras personas.

Fue el pasado 17 de marzo cuando un hombre en Utah, Estados Unidos, logró entrar en un avión de pasajeros pese a no tener un pase válido, usando una estratagema un tanto curiosa. El joven, de 26 años, no duró mucho en la cabina ya que las azafatas de vuelo le pillaron antes de que el avión despegase, pero estuvo a punto de salirse con la suya.

El chico, llamado Fleurizard, llegó al aeropuerto de Salt Lake City, capital del estado de Utah, para embarcar en un vuelo de Delta con destino Austin, Texas. Logró pasar los controles de seguridad iniciales del aeródromo debido a que llevaba una tarjeta conocida como «buddy pass». Este es una especie billete especial llamado «pase de amigo» que algunas aerolíneas regalan a sus trabajadores.

Son unos billetes gratis (aunque en ocasiones hay que pagar impuestos asociados) que pueden usarse para volar siempre y cuando quede espacio libre en el avión. Es decir, no garantizan el vuelo a no ser que finalmente la aerolínea no haya conseguido vender todos los asientos en un viaje.

Se entiende que el joven consiguió este buddy pass de algún conocido o familiar que trabaja para la aerolínea Southwest, con el que pudo llegar hasta la zona de embarque. Sin embargo, cuando llegó allí, se enteró de que el avión estaba completo. En esta situación, lo que hizo fue hacer fotografías con el móvil de las tarjetas de embarque de otros pasajeros sin que estos se dieran cuenta.

Así, Fleurizard logró pasar el último control de seguridad usando el código de barras del billete de otro de los pasajeros, que enseñó a través de su móvil. Cuando consiguió entrar al avión, usó otra estrategia para que no le pillasen, entendiendo que el asiento asociado al billete con el que había pasado estaría ocupado por el pasajero real. Frente a esto, el hombre decidió esconderse en el baño y esperar a que todo el mundo embarcase. Después, salió del baño buscando algún sitio que quedase libre para sentarse (pese a que ya le dijeron que el avión iba completo).

Fue aquí cuando el plan falló, y tras merodear por la cabina sin lograr sentarse, las azafatas se dieron cuenta de que había algo raro y detuvieron el despegue. El avión volvió a la puerta de embarque y allí el hombre fue arrestado. Tras llevárselo la policía, el avión despegó con un retraso de media hora. Ante los agentes, Fleurizard admitió que había cometido un error y que solo estaba intentando llegar a casa.

Precaución con los códigos de los billetes

Nadie en la terminal se dio cuenta de que el joven estaba fotografiando el código de barras de las tarjetas de embarque de otros pasajeros. Fueron las cámaras de seguridad del aeropuerto las que sí captaron el momento, como puede verse en un vídeo publicado en la televisión estadounidense.

Esta anécdota recuerda la importancia de proteger los barcodes o códigos QR incluidos en muchos de los billetes que se usan para viajar en cualquier medio de transporte hoy en día. También pone de relieve los fallos humanos que pueden servir a este tipo de trucos: el chico se aseguró de embarcar antes que el pasajero del que robó el código, de forma que pudo entrar al avión sin hacer saltar la alarma, mientras que el pasajero real dio error al enseñar su código. Sin embargo, el responsable de la aerolínea asumió que se trataría de un fallo del sistema y no le dio importancia.

Además, hay que tener en cuenta que esto ha podido ocurrir por tratarse de un vuelo doméstico dentro de EE. UU., para los que no es necesario acompañar el billete del documento de identidad al embarcar.

 

Fuente: OneMileAtATime | adslzone