Cuando éramos niños nos habituamos a escuchar historias de cómo muchos ancianos y personas mayores en general eran estafadas en servicios de Teletienda o venta por catálogo. Se trataba de otro tipo de engaño, pero al final todo tenía un objetivo similar: aprovecharse de quienes no se daban cuenta, esas víctimas a las que les podían sacar el dinero con facilidad. Con los scams y las estafas online ocurre exactamente lo mismo, también son víctimas fáciles a las que los delincuentes acechan sin descanso.

Miles de millones robados cada año

Estas estafas a personas mayores son un estándar que azota en el mundo entero y que llega a producir robos anuales por valores superiores a los dos mil millones de dólares. Hay muchas estafas, desde las que atacan haciéndose pasar por un miembro de la familia hasta las que ocupan el papel del banco o de cualquier otra entidad que pueda servir para estafar a las víctimas. Estas estafas están por todas partes y, si lo pensamos, es posible que seamos las únicas personas que puedan ayudar a tus mayores a que las acaben evitando.

Porque por desgracia, aunque nos encantaría tener la oportunidad de protegerles en todo momento y de estar con ellos constantemente para saber si se exponen a riesgos, la realidad es que es algo imposible. Al fin y al cabo, nunca se sabe qué tipo de mensaje o llamada pueden llegar a recibir en su día a día.

Calcula el riesgo

Lo primero que tienes que hacer es pensar objetivamente en qué nivel de riesgo pueden estar tus padres, abuelos o la persona con cierta edad de la que te preocupes. Entender la mente de los estafadores puede ser clave para tener la capacidad de evitar una situación complicada. También será algo que te ayudará para el momento en el que tengas que hablar con la persona de tu familia.

Dicho esto, es frecuente que los estafadores no solo busquen personas mayores, sino que estén detrás de las que se encuentran solas. Saben que la soledad a una edad avanzada puede llegar a ser el motor que provoque riesgos que no se habrían visto venir. Los matrimonios, por mayores que sean, no suelen exponerse tanto a las estafas online debido a que son dos personas y, por lo general, entre las dos es más fácil ver las situaciones de forma clara. Además, las personas que se han quedado viudas hace poco son las que más riesgo tienen, puesto que están en una situación delicada de la cual los estafadores se aprovechan.

Según estudios, no hay unos rasgos que hagan que las personas mayores sean más propensas a caer en las estafas. No importa el nivel de educación, el modo de vida ni tampoco si se trata de un anciano que tiene un día más activo de lo habitual. Todos, en cierto momento, se exponen al mismo riesgo, siendo más determinante la soledad de la que hemos hablado. Saberlo puede ser una buena forma de darnos un toque de atención a nosotros mismos y comenzar a hablar más con nuestros padres o abuelos. Una comunicación sana y que sepan que se pueden apoyar en ti podría ser lo que terminara evitando un problema.

Habla con tus padres

Como decimos, la comunicación es vital. No vas a conseguir proteger a tus padres por tu propia cuenta, sino que necesitas hablar con ellos y explicarles todo lo que ocurre. No obstante, lo más posible es que, si vas de frente, acabes encontrando en una situación delicada. Con el paso de los años ha cambiado el rol y ahora no son tus padres los que te vigilan y te advierten, sino que, quien lo hace, eres tú. Por ello, no es algo que les suela hacer demasiada gracia.

Dicen algunos especialistas que la mejor manera de abrirse sobre este tipo de riesgos es tomando la iniciativa y haciendo partícipes a esta persona de alguna medida de seguridad que adoptes por tu propia cuenta. Es decir, que le digas a tus padres si podrías poner su número de teléfono para que reciban notificaciones de tu banco, para que vean que es lo más normal del mundo. Es posible que, al hacerlo, lo siguiente que consigas sea que te pidan hacer lo mismo que hiciste en el banco, pero a la inversa.

Explícales lo que deben saber

Las estafas online no son lo mismo que los timos de la estampita u otras estafas que se sufrían en las calles. Se trata de un mundo nuevo en el que tus padres es muy posible que no tengan conocimiento. Por eso hay que educarles para que tengan unos conocimientos y que puedan llegar a detectar las situaciones más frecuentes. Por ejemplo, explicarles que ningún banco les pediría nunca los números de la tarjeta de crédito o los códigos de seguridad de acceso a sus cuentas bancarias. O que si en algún momento algún miembro de la familia les escribe un SMS pidiendo dinero y ayuda, deberían hablar por teléfono de inmediato para comprobar si es verdad o no.

Por supuesto, se debe hacer especial hincapié en tener cuidado en hacer clic en mensajes que se reciban, ya que esos clics podrían llevar a provocar serios problemas en los móviles u ordenadores. También es necesario enseñar a intentar cortar las largas conversaciones que llevan a cabo algunos estafadores, puesto que normalmente cuanto más hablas con un estafador, más te arriesgas a caer en sus garras.

Otra buena idea mientras hablas con ellos es intentar enseñarles ejemplos del tipo de estafas de las que estás hablando. La buena noticia es que la prensa está llena de casos que puedes mostrarles y que les ayudarán a entender mejor que se trata de un peligro real.

Ayúdales tecnológicamente

Es posible que tus padres tengan móvil, pero que no sepan usarlo en exceso o que se limiten a utilizar WhatsApp y poco más. Esto es bastante habitual, así que tú, como usuario con experiencia y conocimientos, deberías echarles una mano para que sus dispositivos estén más protegidos. No estaría mal que instalases alguna aplicación que ayude al bloqueo del spam, que les inscribas en la Lista Robinson para que sus números circulen en menor medida y que, si les parece bien, puedas acceder con ellos a su cuenta de Facebook. Posiblemente solo usen la red social para tener contacto con familiares o con la intención de jugar, pero nunca está de más que hagas una comprobación de los perfiles para asegurarte de que no hay estafadores que estén al acecho. Lo mejor es que lo hagas con ellos y que miréis todos los contactos uno por uno juntos. De esa forma podréis detectar si hay algo raro de lo que sea necesario estar alerta.

Y, sobre todo, nunca dejes de recordar a tus seres queridos lo importante que es hablar cualquier cosa extraña con la que se puedan encontrar. Incluso si creen que es real, no deberían olvidar comentártelo y que así tengas la posibilidad de hacer una comprobación.

 

Fuente: adslzone