• Ya ha recibido las dos vacunas, completando la pauta.
  • Se ha recuperado recientemente de la COVID-19.
  • Se ha dado resultado negativo en una PCR en las últimas 72 horas.

Con este Green Pass se levantan las barreras y, en consecuencia, se recupera un cierto nivel de libertad de tránsito. Y no es asunto baladí, pues las industrias del transporte de pasajeros, hoteles, restauración, etcétera, depende de manera vital de este retorno a la normalidad para que las cuentas vuelvan a cuadrar. Son muchos los negocios de estos sectores que se han visto obligados a echar el cierre durante el último año y medio, y todavía quedan muchos en una situación excepcionalmente delicada.

Con esta problemática muy presentes, en los últimos meses hemos podido comprobar como organizaciones públicas, nacionales y transnacionales han logrado ponerse de acuerdo, habilitando las herramientas necesarias para que viajar vuelva a ser posible. Y es que aunque algunos países siguen exigiendo sus propias pruebas, otros han puesto en marcha sistemas como el Green Pass, que facilitan el tránsito internacional.

Sin embargo, por imposibilidad o por falta de intención, hay muchas personas que no quieren pasar por ninguno de esos procesos y, pese a ello, quieren poder viajar como si se hubieran vacunado. Y ahí es donde la picaresca ha hecho, una vez más, acto de presencia, con certificados Green Pass «falsos». ¿Y por qué las comillas? Porque según podemos leer en un artículo del blog de Kaspersky, hay dudas sobre su origen, pero no estaríamos hablando propiamente de una falsificación, ya que habrían sido creados a partir de claves cifradas secretas de las entidades francesa y polaca que los emiten legalmente.

Así, hay una teoría que apunta a que dichas claves se han podido filtrar, mientras que otras apuntan a que los vendedores de estos Green Pass tienen contactos corruptos dentro de las instituciones, que estarían generando los documentos falsos. Sea como fuere, el escándalo ha sido tan sonado que, en este momento, las autoridades europeas están estudiando la posibilidad de revocar las Green Pass emitidas por ambos países, todas, así como las claves con las que han sido emitidas, y que los ciudadanos de ambos países.

Así, con los certificados de ambos países en la picota, las personas que se expongan a adquirir un Green Pass de este tipo, no solo se enfrentan a que el mismo pierda su validez de un día para otro. Además de ello, estarán cometiendo un delito y, en consecuencia, pueden ser investigados y sancionados por ello. Y, peor aún, estarán facilitando sus datos a delincuentes que, con toda probabilidad, no tendrán ningún problema en emplearlos para otros fines más adelante.

Dicho de otra manera, para adquirir un  Green Pass de este tipo, estarás haciendo justo lo que debemos evitar siempre, es decir, facilitar información personal a los ciberdelincuentes.

 

Fuente: muyseguridad