Si tuviste un ordenador o un teclado en los años 80 y 90, es probable que recuerdes, además del botón Turbo, la presencia de una cerradura. Actualmente sería bastante absurdo poner una cerradura de este tipo, porque los ordenadores actuales se pueden proteger fácilmente mediante contraseña, además de que se puede cifrar el contenido que hay almacenado en ellos.

Antes de la llegada de las contraseñas, una llave lo protegía todo

Sin embargo, a principios de los años 80, los ordenadores tenían un fin muy concreto y no tenían protección, por lo que cualquier persona podía acceder a los datos de su interior simplemente con encenderlo. Además, era normal dejar el ordenador realizando tareas o cálculos durante horas e ir a otra parte, por lo que cualquier persona podía llegar, pulsar una tecla, y echarlo todo a perder.

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Ahí es donde entraba la pequeña cerradura de seguridad con llave, que empezó a verse por primera vez en torno a 1984, y posteriormente a lo largo de los años 90. Esta cerradura tenía un diseño redondo, y al activarla (suponiendo que los cables estuvieran bien puestos), el ordenador hacía caso omiso a cualquier pulsación que se produjese en el teclado. Gracias a ello, se evitaban las pulsaciones accidentales. Algunos ordenadores incluso no llegaban a arrancar si estaban apagados y el bloqueo estaba activo.

El IBM PC AT, el primero con cerradura

El primer ordenador en incorporarla fue el IBM Personal Computer AT, que costaba entre 4.000 y 6.700 dólares, aunque rápidamente empezaron a copiarlos otros clónicos de IBM para mantener la compatibilidad con los de IBM. Además, algunos ordenadores iban un paso más allá, y junto con bloquear el teclado y el arranque, también impedían que se abriera la caja de metal para acceder a su interior.

Poco a poco, en los años 90, conforme los sistemas operativos con interfaces, contraseñas en Windows y varios usuarios a la vez empezaron a llegar, este tipo de bloqueos dejaron de tener sentido, desapareciendo en torno a mediados de los años 90.

keylock

Por desgracia para quienes quisieran proteger su ordenador usando este método, saltárselo era muy sencillo. Tan sólo era necesario abrir la caja, y desconectar el cable que había en su interior conectado a la placa que ponía «KEYLOCK«. En el caso de que la cerradura bloquease también la apertura de la caja, ahí sí ya era necesario dañar la caja o doblarla para poder acceder. En la actualidad también hay muchas llaves de este tipo que permiten abrirlas sin problema. Había cerraduras de distinto tamaño, pero en general era fácil encontrar una llave compatible. Mucho más fácil que hackear una contraseña.

 

Fuente: Howtogeek | adslzone