Las cintas de VHS tienen cierto encanto, pero no han vivido un revival como los vinilos. Posiblemente, porque la experiencia se ha visto muy superada por los formatos actuales. No obstante, los VHS siguen siendo legendarios.

La fragilidad de las cintas

A primera vista, podríamos pensar que las cintas de VHS son como una roca. Lo parecen, al fin y al cabo. Siempre nos han dado la impresión de ser muy resistentes. Pero nada más lejos de la realidad.

Problemas con la cinta magnética

Durante años, se nos ha repetido que los DVD son muy frágiles y que se descomponen o sufren hongos que acaban con los discos.

No obstante, las cintas de VHS son incluso más frágiles. Si tuviste cintas en su momento, es posible que recuerdes que su mayor problema estaba en la degradación que se sufría con el visionado.

Si la cinta era buena, como una película de Disney original en VHS, cuyos precios eran astronómicos, no tendrías que preocuparte demasiado. Pero si usabas una cinta regrabable, notabas que, a medida que hacías visionados, la imagen se degradaba cada vez más. Esto se apreciaba sobre todo si:

  • Alquilabas películas en el videoclub que ya llevaran meses disponibles.
  • Tenías cintas que los niños veían al menos 5 veces al día.

Consecuencias de la degradación

El efecto más inmediato que se sufría en las cintas era que aparecieran líneas en la imagen y puntos blancos. Estas líneas afectaban a la experiencia de visionado y era frecuente que se mostraran durante segundos. No obstante, la cantidad de líneas podía crecer.

Cuando la cinta ya estaba muy degradada, la imagen se veía tan mal que prácticamente era imposible seguir viendo la serie o película.

En paralelo, también se veía afectado el sonido. La intensidad del sonido original se iba reduciendo hasta que, en algunos momentos, era estridente y chirriante. Todo ello denotaba los problemas que había con la cinta de VHS.

Las cintas se siguen degradando

Hay algunas personas que creen que, si la cinta ha estado dentro de una caja durante 30 años, no se habrá visto afectada de ninguna manera. Pero lo cierto es que no es verdad

Deterioro interior

El principal riesgo al que se enfrentan las cintas de VHS es la propia naturaleza de las mismas. Los VHS tienen en su interior un componente adhesivo con las que las partículas magnéticas se adhieren a la cinta interna.

Con el paso del tiempo, ese adhesivo se puede ver afectado por la humedad. Al ocurrir esto, la cinta magnética se ve afectada debido a que se separan sus capas.

Esto se puede apreciar si la cinta interna se ha vuelto pegajosa, significando que ha comenzado su degradación.

Aparición de moho

Además del riesgo que se puede producir con el adhesivo interior, las cintas también son sensibles al moho. Este puede aparecer tanto dentro como fuera.

Su presencia, aunque no tiene que significar que las cintas estén estropeadas de forma instantánea, no trae nada bueno al futuro de las mismas.

Problemas de tensión

El tercer problema al que se exponen los VHS es que, con el paso del tiempo, la cinta haya perdido tensión y no se pueda reproducir de forma conveniente.

Este no solo es un riesgo para la reproducción, sino que, además, puede provocar que la cinta se deforme y que tampoco se pueda reproducir.

Aunque ahora parezca sorprendente, una forma de minimizar los problemas de tensión era rebobinando las cintas después de terminar de ver las películas. Eso hacía que la tensión interna de la cinta quedara más equilibrada y que hubiera menos riesgos de sufrir problemas.

¿Qué soluciones hay?

Los expertos recomiendan asumir que el formato VHS no está diseñado para que dure tan a largo plazo como otros formatos de vídeo. No obstante, también es posible hacer mantenimiento a las cintas y así alargar su vida útil.

En cualquier caso, lo más conveniente es intentar digitalizar el contenido que se encuentre almacenado en las cintas para no perderlo. Esto se aplica tanto a grabaciones que tengas de la televisión como a los típicos vídeos caseros que hacíamos en los 80 y los 90 y que solemos tener en VHS.

Desgraciadamente, por mucho que se sigan encontrando cintas en las tiendas de segunda mano, llegará un momento en el que dejarán de funcionar. Eso impide que, por ejemplo, se pueda mantener un museo que preserve las cintas para la posteridad.

 

Fuente: adslzone