El final del verano ha venido acompañado de la borrasca Garbielle, con temperaturas excesivamente bajas que han animado a muchos españoles a encender la calefacción. Hace unos meses, a la pregunta de qué era mejor: ¿Dejar el aire acondicionado puesto todo el día o irlo apagando y encendiendo? Con la calefacción, surge la misma pregunta y, en este artículo, lo desvelamos.

¿Qué opción es más económica?

Cuando encendemos el sistema de climatización del hogar, este consume más energía para alcanzar una temperatura determinada. Por ese motivo, si vas a estar en casa, lo mejor es mantenerlo encendido y evitar que el ambiente no descienda nunca de los 18 °C. 

Para asegurarse de mantener siempre esa temperatura, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) recomienda usar un termostato, que permite mantener esa temperatura media constante. El uso de dicho dispositivo reducirá la factura hasta una décima parte y, a largo plazo, lo notarás en tus ahorros.

¿Qué pasa si salimos de casa?

Si vamos a salir de casa, lo ideal será apagar la calefacción y no mantenerla encendida, pero depende del tiempo que estés en la calle. Por ejemplo, si bajas solo a hacer la compra al supermercado, tal vez no te salga rentable apagarla, ya que tardarás poco en volver. No obstante, si marchas al trabajo, a clase o has quedado con amigos o con familia, lo mejor será quitarla el rato que estés fuera.

Trucos para mantener el ambiente cálido

Si no quieres tener la calefacción encendida todo el día aun estando en casa o quieres que el ambiente se mantenga cálido para cuando vuelvas, hay varios trucos que puedes poner en práctica. Por ejemplo, el método más sencillo es abrir las persianas durante las horas de sol, para que los rayos calienten el interior; y ciérralas al anochecer para conservar mejor el calor. Esto es justo lo contrario a lo que hay que hacer en verano con las ventanas y persianas.

Las alfombras gruesas en el suelo también pueden servir para evitar que el calor se escape de la vivienda. Además, si tienes cortinas pesadas, pueden funcionar como ‘manta’ para que el frío de fuera no traspase los cristales. También es recomendable utilizar fundas en el sofá para crear un ambiente más cálido. Otro consejo es cerrar las habitaciones, para concentrar el calor en las zonas principales.

Si tienes un sistema de climatización inteligente, puedes programarlo para que se apague durante la noche, cuando ya todos se hayan ido a dormir. Con este tipo de calefacción, también puedes encenderla a distancia, cuando te quede poco para llegar a casa del trabajo, por ejemplo.

Asimismo, si notas tu vivienda muy fría cuando no tienes la calefacción activa, podría deberse a un mal aislamiento. En ese caso, podrías plantearte cambiar las puertas y ventanas por unas con mejor aislante: a la larga, se traducirá en un mayor ahorro electrónico. Supone una gran inversión de dinero, pero es una opción a tener en cuenta que terminará beneficiándote económicamente. En suma, esto también servirá en verano como aislante del calor.

 

Fuente: adslzone