Cuando Windows 11 aterrizó al mercado, Microsoft ya avisó que los requisitos necesarios para poder mover esta versión del sistema operativo con soltura iban a ser superiores a los que nos encontrábamos en versiones anteriores. Muchos usuarios cuyos ordenadores no cumplían con lo exigido por parte de la compañía de Redmond, hicieron uso de algunas alternativas que existían para poder disfrutar de todos los beneficios de Windows 11. Sin embargo, parece que la aventura ha llegado a su fin.

Microsoft lleva desde el mes de febrero probando diferentes complicaciones de Windows 11 que necesitan de la instrucción de la CPU POPCNT para poder trabajar con normalidad. Sin embargo, se desconocía si este cambio iba a llegar al usuario final. Y, en el caso de hacerlo, el momento en el que la compañía tecnológica tenía planeado hacerlo.

Un bucle de reinicio al actualizar

Los usuarios que han instalado la versión de Windows 11 Build 26080, han reportado que sus equipos se quedan en un bucle infinito de reinicio al actualizar a este sistema. La explicación se debe a que el procesador utilizado no es compatible con la instrucción POPCNT, dentro del conjunto de SSE4.2.

Fabricantes como Intel, añadieron la misma con la primera generación de los procesadores Core i5 y Core i7 en el año 2007. Mientras que AMD agregó el conjunto a los procesadores Bulldozer en el año 2013. Previamente a esta fecha, la instrucción POPCNT era compatible con una CPU AMD anterior, pero trabajando con un conjunto de instrucciones SSE4a que no era completo y que, actualmente, ha dejado de tener compatibilidad. La mala noticia es que no existe ninguna alternativa reconocida que permita hacer uso de Windows 11.

Volver a Windows 10

Windows 11 necesita de, como mínimo, una CPU Intel Core de octava generación o superior. En el caso de Ryzen, el mínimo admitido por parte de la compañía de Redmond es un procesador de segunda generación. Por lo tanto, el cambio que ha introducido actualmente Microsoft, y que ha dejado sin compatibilidad a ciertos equipos, únicamente afecta a todos aquellos que cuentan con procesadores de generaciones anteriores a las descritas. Y que, en realidad, desde el primer momento no deberían haber podido acceder a esta versión de Microsoft. Al menos, de manera oficial.

El movimiento de Microsoft tiene todavía una mayor envergadura si tenemos en cuenta que el soporte para Windows 10, la versión del sistema que deberán utilizar los usuarios afectados a partir de ahora, finaliza en octubre del año 2025. La única excepción, como ya anunció Microsoft, será asumir el pago de una cuota, cuya cantidad todavía se desconoce, para que sus equipos puedan continuar recibiendo actualizaciones de seguridad.

 

Fuente: How To Geek | adslzone