Pese a tener ya nueve años de antigüedad, miles de usuarios en todo el mundo siguen prefiriendo usar este sistema operativo por delante de Windows 11, pese a que Microsoft intenta por todos los medios (o al menos sobre el papel) que los usuarios actualicen a la nueva versión de su sistema lo antes posible. Windows 10 lleva ganando usuarios desde enero, incluso a pesar de que en octubre de 2025 finalice el soporte oficial a este sistema.

Pero es que mientras Windows 10 gana adeptos mes a mes, Windows 11 lleva perdiendo usuarios desde su pico en febrero, pasando de una cuota de mercado (para las versiones de escritorio de Windows) del 28,16% a un 26,19% este abril. Es decir, una pérdida de un 2% de usuarios que bien pueden haber dado marcha atrás y regresado a Windows 10, ya que su cuota ha aumentado de un 67,26% en febrero a un 68,89% en abril.

La tendencia negativa que presenta el nuevo software de Microsoft no deja en buen lugar a la empresa, sugiriendo un rechazo por parte de muchos usuarios a una nueva versión que no ha estado libre de polémica.

Se han comentado mucho algunas técnicas con las que Microsoft ha intentado incluir publicidad en varias partes del sistema, encubierta a modo de ‘recomendaciones personalizadas’. También el empuje a usar su asistente de IA o su propio navegador de Internet, Microsoft Edge, han desagradado a algunos usuarios.

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Esto se suma a la cantidad de personas que, de por sí, no pueden actualizar a Windows 11 debido a las altas especificaciones de hardware que el nuevo sistema requiere para poder instalarse.

En cuando al resto de versiones del famoso sistema operativo, Windows 7 sigue en uso con una cuota del 3%, mientras que Windows XP mantiene un 0,33%. El uso de Windows 8 y 8.1 acumula, en combinación, casi un 1% de cuota en abril de 2024.

Exprimiendo Windows 10 hasta el último momento

Resulta curioso que Windows 10, lanzado por primera vez en julio de 2015, siga ganando usuarios pese a que sus días están contados. Esto es así porque, por un lado, el sistema dejará de recibir actualizaciones en 2025, convirtiéndose por ello en un SO mucho más inseguro y vulnerable a ciberataques. Pero además, porque para aquellos que quieran seguir utilizando Windows 10 sí o sí, Microsoft obligará a pagar una suscripción de 57 euros al año a cambio de un soporte extendido.

Pese a ello, muchas personas parecen decididas a seguir usando esta versión todo lo posible, en un claro rechazo a Windows 11. Rechazo que también puede venir motivado por el hecho de que muchos usuarios tendrán que comprar un nuevo ordenador para poder pasarse al nuevo SO. Entre otros motivos, la inclusión de inteligencia artificial en el software a través de su asistente Copilot (sustituto de la anterior Cortana), va a elevar progresivamente los requisitos técnicos de los equipos que usamos.

Para actualizar a Windows 11, se exige o bien un procesador de al menos 1GHz con 2 o más núcleos en un procesador de 64 bits compatible, o bien un chip SoC. También es necesaria una UEFI con arranque seguro, y un módulo de plataforma segura (TPM) 2.0.

 

Fuente: ComputerHoy | adslzone