Cuando se trata de actualizar el ordenador, reiniciar es casi más importante que cualquier otra cosa. Seguramente has escuchado que esto hace que se terminen de asentar las actualizaciones y se apliquen todos los cambios. En cambio, hay otras personas que aseguran que al apagarlo estamos protegiendo cualquier cambio en los archivos. Entonces, ¿qué debes elegir para que se actualice correctamente tu pc?

Reinicia para completar la actualización

Cuando se trata de actualizar Windows, reiniciar es una parte esencial si queremos completar la actualización. Mientras el pc está actualizándose, el sistema operativo hace varios cambios en los archivos, como introducir nuevas funciones, corregir errores o mejorar la seguridad. Sin embargo, estos cambios no se aplican inmediatamente.

Una vez que se descargan e instalan, Windows te pedirá que reinicies el sistema. Hacerle caso en este punto es crucial, ya que será lo que complete la actualización. En el reinicio se configuran todos los archivos actualizados, se aplican los cambios y se finaliza cualquier proceso que estuviera pendiente. De esta forma, el sistema operativo se carga de nuevo para que lo que se ha actualizado funcione a la perfección.

Además, reiniciar también ayuda a resolver posibles errores o problemas de compatibilidad que suelen aparecer después de instalarse estas actualizaciones. Si surgiera un fallo, el ordenador será capaz de detectarlo y mostrar una nueva actualización o alguna corrección de errores.

¿Y si lo apagas directamente?

Si apagas directamente tu ordenador después de una actualización de Windows, es normal que notes algunos problemas. Ten en cuenta que esto es lo que podría pasar si no reinicias:

  • Actualizaciones incompletas: si lo apagas directamente, estarás interrumpiendo el proceso de actualización antes de que se termine. Es decir, habrá ciertos archivos y configuraciones que podrían no instalarse bien y acabar dando incompatibilidades.
  • Brecha de seguridad: las actualizaciones suelen tener parches de seguridad y correcciones de errores que han detectado desde la última mejor. Si no reiniciamos, el ordenador podría estar ser más vulnerable y no contar con todas las protecciones necesarias.
  • Peor rendimiento: cuando no se reinicia, es posible que no estemos aprovechando todo el potencial de estas mejoras, tanto de rendimiento como de optimización. ¿Y esto en qué te afecta? Pues podría influir en la velocidad de tu ordenador, el funcionamiento de las aplicaciones, etc.
  • Problemas de compatibilidad: las actualizaciones a veces resuelven problemas de compatibilidad con el hardware y software. Si no reinicias, es posible que no se activen y se creen problemas de funcionamiento con ciertos dispositivos o aplicaciones. Seguramente te haya pasado alguna vez con el teclado, el micrófono o los altavoces de tu ordenador.

Así que, a modo de conclusión, reiniciar el sistema después de una actualización es la mejor opción si quieres asegurarte de que se instalen correctamente. Como decíamos, esto evitará posibles problemas de funcionamiento, seguridad y rendimiento. Siempre que se pueda, es mejor permitir que el sistema complete el proceso de actualización reiniciándose, en vez de apagarlo directamente por las prisas.

En cambio, cuando lo apagamos inmediatamente, las actualizaciones se harán efectivas cuando lo volvamos a encender. Esto puede tardar más tiempo y podría afectar a su uso si vamos a trabajar o necesitamos encenderlo por algo urgente.

 

Fuente: adslzone