Como decimos, la demanda de los NFT ha ido creciendo bastante desde que estos son una realidad, pero pese a ello hoy en día son complicados de utilizar. Esto provoca que la gente que invierte en ellos pueda estar haciéndolo de mala manera, perdiendo sumas de dinero bastante importantes. Sin embargo, esto parece que está muy cerca de cambiar a medida que la tecnología de los NFT va evolucionando hacia un punto donde se convierta en algo más transparente y fiable.

Una evolución que ya «sufrió» el correo electrónico

Los avances tecnológicos que hemos estado viviendo desde hace ya varias décadas tienen en su mayoría un punto en común: todos necesitaron tiempo para convertirse en una realidad. El correo electrónico, por ejemplo, se comenzó a instaurar poco a poco y en la década de los 90 las grandes empresas necesitaron de la contratación de especialistas que las ayudaran a codificar los correos electrónicos. Esto hizo que las primeras empresas en dar estos servicios gozaran de una amplia ventaja con respecto a sus competidoras, y esto es algo que podría pasar con los NFT.

La mayoría de empresas o entidades que buscan hacerse un hueco en el mundo de los NFT necesitan de trabajadores para dar el salto a la Web3. Así es como se conoce el futuro de Internet, donde la tecnología blockchain y la economía de tokens se colocarán como el eje principal de todo el sistema. Esto obviamente también está afectando directamente al consumidor de los NFT, ya que actualmente esta tecnología no está adaptada al consumo mayoritario, algo que está lastrando su desarrollo.

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NFT o Non-Fungible Token

Actualmente, es muy fácil ver como hay una gran diferencia entre la etiqueta de precio de un NFT y el valor que le dan sus consumidores, algo que está destruyendo la demanda de estos. Como todo, la evolución natural de los NFT (o NFT 2.0) buscará precisamente que estos tengan un mayor número de utilidades y, por lo tanto, sean mucho más sencillos de entender por la gran masa de usuarios de Internet. Para ello, será necesario que las compañías incentiven de manera más profunda la adquisición de NFT, y que estas pongan un esfuerzo aún mayor de dar el salto de Web2 a Web3. Las que no lo consigan muy probablemente acaben siendo eliminadas, dejando en el mercado aquellas que han apostado más fuerte por los Non-Fungible Tokens, tal y como paso con el correo electrónico.

El gran auge de los NFT

Que los NFT han sufrido una explosión en su demanda no es ningún secreto. Solo en 2021, se estima que estos superaron los 17.000 millones de dólares en volumen de trading, una cifra espectacular. Lo más curioso del asunto es que todo este volumen de dinero pertenece a menos de 400.000 titulares, lo que supone que a cada usuario le corresponde 47.000 dólares en volumen de transacciones. La tecnología solo está dando «sus primeros pasos», y de hecho se estima que en 2026 la cifra se dispare hasta los 147.000 millones de dólares.

Dejando las cifras aún lado, no hay que estar muy metido en el mundillo para darse cuenta lo rápido que está creciendo este sector. Solo hay que ver como grandes empresas como McDonald’s’s o Adidas ya cuentan con sus propias colecciones de NFT. Además, también hemos visto en muy poco tiempo como los NFT han pasado de ser imágenes pixeladas de 8 bits a animaciones en 3D muy complejas, y que incluso cuentan con mecánicas para videojuegos. No todo es positivo, y es que al haber tantas tiendas o plataformas de NFT se ha producido una saturación en el mercado bastante grande. De hecho, en marzo de 2022 se pudo comprobar que había más NFT que sitios web públicos.

 

Fuente: CoinTelegraph | adslzone