En sus inicios, WhatsApp era gratis durante el primer año, teniendo que pagar 89 céntimos por un año de suscripción (0,99 centavos), 2,67 dólares por tres años, o 3,71 dólares por 5 años. Sin embargo, casi nadie los pagaba, ya que el periodo gratis se renovaba unas semanas o días antes de que se cumpliese la fecha, y se extendía durante uno o incluso más años.

Sin embargo, hubo un tiempo en torno a 2014 y 2015 que WhatsApp sí se puso seria con el cobro del dinero, donde la aplicación probablemente no tenía suficiente con los pocos inocentes que decidían pagarla antes de la renovación gratuita. Por ello, durante ese tiempo sí que estuvieron desactivando cuentas hasta que pagaras, a pesar de que en el pasado se esperaban a los últimos días para que pagaras, y cuando veían que no lo hacías, te renovaban. Yo mismo tuve que pagar en 2015 después de dos semanas sin la app, ya que no se renovó sola.

Todo cambió para WhatsApp en enero de 2016, cuando la aplicación decidió eliminar el pago de 0,89 céntimos anuales, que por poco que fuera, había mucha gente que no tenía intención de pagarlo o incluso los medios para ello, ya que hay jóvenes que no tienen ni PayPal ni tarjeta de crédito o débito.

La llegada de Telegram obligó a WhatsApp a eliminar el pago anual

Sin embargo, el motivo de eliminar este cobro fue otro que no dijeron y que fue mucho más claro: la llegada de Telegram. La aplicación de Pavel Durov empezó a ganar popularidad como la espuma a principios de 2014 por la gran cantidad de mejoras que ofrecía con respecto a WhatsApp, como el cifrado en los mensajes o la posibilidad de usarlo en el PC de manera independiente en el móvil. Y lo mejor de todo: que era totalmente gratis.

Además, Facebook había comprado WhatsApp en 2014 por 19.000 millones de dólares, por lo que WhatsApp tenía ya un respaldo económico más que suficiente que permitía a Facebook incurrir incluso en pérdidas al princpio en la app a cambio de dominar la aplicación de mensajería más importante del mundo.

Ante la posibilidad de que WhatsApp empezase a perder la hegemonía que tenía hasta entonces, la compañía decidió hacerla gratis. La excusa que dieron es que “se dieron cuenta de que el modelo por suscripción no funcionaba bien porque muchos de los usuarios no contaban con una tarjeta de débito o crédito, y se preocupaban al pensar que perderían contacto con sus amigos y familiares después del primer año gratis.”

En esa misma entrada del blog, explicaban cómo iban a seguir obteniendo dinero sin el modelo de suscripción. Han pasado cuatro años, y la única vía de monetización sigue siendo la misma: WhatsApp Business, la aplicación por la que las empresas han de pagar a WhatsApp a cambio de poder comunicarse con los clientes y ofrecerles un servicio técnico más directo. Un sistema en el que todos ganan: WhatsApp, las empresas y los usuarios.

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La compañía negó en esa misma entrada que fueran a incluir anuncios para suplir la ausencia de suscripciones, aunque en mayo de 2019 se desdijeron y anunciaron que iban a incluir anuncios en los Estados de una manera similar a lo que hace Instagram en la actualidad en las Stories. Los anuncios llegarán en 2020, aunque no molestarán mucho porque la función de los Estados de la aplicación no los usa nadie a diferencia del rotundo éxito que tienen las Stories en Instagram.

Así, la única forma que WhatsApp tiene ahora mismo de ganar dinero es a través de WhatsApp Business y las empresas que pagan por usarlo, más los anuncios que incluirán a partir de este año en los Estados. De momento no tienen otra vía de monetización directa.

La competencia ha hecho que WhatsApp no haya parado de mejorar

Como vemos, el hecho de ser la aplicación más usada del mundo no quiere decir que sea fácil ganar dinero. El caso de Telegram es aún más paradójico en este caso porque no tienen ninguna monetización, sino que tienen al multimillonario Pável Dúrov detrás manteniendo la app con el dinero que sacó vendiendo VK.

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WhatsApp también tiene otras vías de monetización que podría explotar, como lanzar el sistema de WhatsApp Pay en más países donde cobrar una comisión en cada transacción, o la introducción de packs de stickers de pago como tiene Line. Aunque habría quien los piratería, seguro que muchos usuarios pagarían por tenerlos directamente en la app. Esto, no obstante, volvería a poner a WhatsApp en desventaja frente a Telegram, que ofrece packs nuevos de stickers constantemente y, además de tener ya stickers animados, todos los packs son gratuitos.

En definitiva, y por responder a la pregunta que titula el artículo, WhatsApp es gratis porque necesita ser gratis para su propia subsistencia. Si tuvieran el monopolio a efectos prácticos que tenían entre 2009 y 2014, seguro que seguirían con el modelo de pago. Por suerte, hoy en día tenemos alternativas mucho mejores que WhatsApp, tales como Telegram o Signal, que amenazan con acabar con el reinado de la app al mínimo despiste que tengan.

Es por ello que han ido introduciendo novedades constantemente desde que la app es gratis, como el cifrado, los stickers, los GIFs, el tema oscuro, el modo web, las llamadas, etc. Prácticamente todas copiadas de sus competidores, a los que tenemos que “agradecer” que llegasen para mejorar WhatsApp. Una muestra más de que la competencia es buena.

 

Fuente: adslzone