Puede ocurrir con cualquier otro modelo, pero pondremos de ejemplo los precios del iPhone X. Este caso es especialmente llamativo por la enorme diferencia que existe en su precio en Estados Unidos, que es su país de origen, frente a otros mercados. En estos otros mercados repercuten sobre el precio los impuestos aplicados y, además, el cambio de divisa.

Así cambia el precio de un móvil entre unos y otros países

El ejemplo del iPhone X es bien claro: su precio -en euros- es de 836 euros en los Estados Unidos, y sube hasta los 1.159 euros en España con un sobrecoste de 203 euros de impuestos. En Finlandia alcanza los 1.179 euros con 234 euros de impuestos, y en Portugal el mismo precio, pero con 229 euros correspondientes a impuestos. En Dinamarca, por ejemplo, los impuestos suponen 239 euros de su precio final, que son 1.196 euros.

PaísesPrecioImpuestosPrecio final
EE UU 836 (1) 836 (1)
España 956 203 1.159
Australia 962 96 1.059
China 915 156 1.071
Finlandia 945 234 1.179
Austria 955 194 1.149
Francia 950 209 1.159
Bélgica 950 209 1.159
Dinamarca 956 239 1.196
Alemania 955 194 1.149
Irlanda 958 221 1.179
Italia 969 220 1.189
Holanda 954 205 1.159
Portugal 950 229 1.179
Suiza 966 81 1.047
Suecia 963 241 1.204
R. Unido 922 185 1.107
Polonia 956 218 1.174

Tabla de 20minutos

Comprarlo en otro país y venderlo en España más barato ¿el truco de algunas tiendas?

Un español podría comprar el iPhone X por 836 euros exactamente en el mismo momento en que en España cuesta 1.159 euros. ¿Cómo? Comprándolo en Estados Unidos. Y para que eso sea posible, hay algunas tiendas que lo traen de importación y lo venden a un precio intermedio, más económico que en el mercado nacional, y sin verse repercutido de forma directa por el IVA. Porque no es necesario traerse el negocio a España para vender en nuestro país, y por tanto el tratamiento del negocio, en términos de fiscalidad, puede acomodarse de varios modos, en función de dónde se establezca el comercio online.

Hay tiendas que se asientan legalmente en Reino Unido o Andorra, entre otros países, y que tributan de diferente modo a como lo hace un comercio español. Sin embargo, la distribución internacional permite que operen a distancia, con un ‘catálogo’ online.

Garantía e IVA, los problemas para el consumidor en la importación

No todas las tiendas online funcionan de esta manera, evidentemente, pero hay casos llamativos en los que la diferencia de precio, incluso desde el lanzamiento del teléfono inteligente, hacen evidente que esta, u otra muy parecida, es la forma de operar que mantienen determinadas tiendas. Y hay otro factor llamativo, que es la demora entre su inicio de distribución y la fecha de lanzamiento real del dispositivo. Cuando se lanza el dispositivo al mercado, ellos tardan algunos días más en empezar a entregárselo a los consumidores.

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Y en todo esto, evidentemente, la factura con IVA no va a aparecer por ninguna parte, porque el ahorro en la compra del dispositivo está en que, como comentábamos anteriormente, en la mayoría de los casos no se pagará el IVA correspondiente por el dispositivo. De un 21% sobre su precio, por cierto, como en cualquier otro producto.

Y si este no fuera un problema suficiente como para plantearse optar por el método de compra tradicional, hay otro factor relevante: la garantía. Cuando se importa un teléfono inteligente, la compra del dispositivo no es desde la fecha que lo adquiere y recibe el usuario, sino la fecha original de compra en su país de origen. Que podría ofrecer únicamente un año de garantíadepende de la legislación de cada país-, y que por supuesto podría ser una fecha muy anterior al día en que nosotros, como usuario, lo hayamos comprado.

Respecto a esto, cuando se opera como comercio español, el propio comercio tiene que responder con dos años de garantía, con independencia de la ofrecida por el fabricante. Con un ticket en el que quede reflejada la fecha de compra, la cual servirá para ‘contar’ esos dos años desde el día de adquisición. Todo esto, de nuevo, no quiere decir que todas las tiendas online sigan esta metodología, ni muchísimo menos. Son sólo algunos casos, y en su mayoría los más ‘llamativos’ por las diferencias en sus precios. En estos casos hay que tener algo de precaución, porque el dinero que nos ahorramos puede que también nos lo estemos ahorrando en derechos como consumidor y garantías.

 

Fuente: adslzone