La garantía de un teléfono inteligente puede ser una garantía legal, que aplica a todos los dispositivos nuevos comprados en la Unión Europea o en comercios con sede fiscal en la Unión Europea; o bien puede ser una garantía comercial que aplica directamente el comercio, y que suma ciertas coberturas a la garantía legal obligatoria. Por otro lado, contamos también con el derecho a desistimiento.

El derecho de desistimiento: 14 días para ‘probar’ el producto

Antes de entrar en la garantía legal, durante los primeros 14 días es cuando se contempla el plazo del derecho de desistimiento. Es decir, que durante estas ‘dos semanas’, el comprador puede rescindir el contrato de compra solicitando el reembolso del dinero pagado por el producto, y la devolución del producto en perfectas condiciones, sin ningún tipo de explicación o justificación al comercio que efectuó la venta.

La garantía legal del móvil: dos años de cobertura por el fabricante

Solemos acudir al comercio, pero la garantía legal la cubre el fabricante. Es decir, que el comercio actúa únicamente como intermediario, y para tramitar la garantía lo más rápido es acudir al servicio postventa del fabricante de nuestro dispositivo móvil. Si se trata de Samsung y lo hemos comprado en El Corte Inglés, por ejemplo, lo ideal en cualquier caso sería acudir directamente al fabricante. Ahora bien, dentro de estos dos años por Ley de garantía, hay un primer plazo de seis meses en que el defecto se considera de forma directa, mientras que a partir del primer medio año un perito evalúa el defecto para contemplar la posible responsabilidad del propio consumidor.

La garantía legal de un móvil, así como de otros productos, obliga a la reparación o sustitución de forma gratuita del dispositivo o el componente afectado durante los dos años de plazo que dura, y que afecta en toda Europa. En el caso de compras por Internet, por ejemplo, se aplica la misma garantía, pero siempre y cuando el comercio tenga su sede fiscal dentro de la Unión Europea. Para que todo esto se lleve a cabo, el comprador debe mantener el ticket o factura de compra, o de lo contrario se aplicaría la fecha de fabricación, que siempre es anterior a la de compra y por tanto no beneficia –sino al contrario- al cliente.

 

Fuente: adslzone