Recordemos que el actual iPhone 6s llegaba en septiembre de 2015 con un diseño que apenas cambiaba con el renovado iPhone 6 y teniendo en cuenta su estrategia de cambio de diseño cada dos años, este 2016 se espera que el iPhone llegue completamente renovado.
En las filtraciones que hemos visto hasta el momento, todo apunta a que los cambios más significativos en el diseño del nuevo iPhone 7 pasarían por la eliminación de algunas bandas de las antenas en la parte trasera, la toma de auriculares y la posibilidad de que su cámara principal sea de doble lente, que por lo tanto hará que cambie su aspecto de la parte posterior.
Algunos rumores sugieren que el botón Home también podría llegar integrado en la propia pantalla, por lo que el tamaño de la misma podría aumentar hasta el borde inferior del terminal. No obstante, parece que finalmente los cambios a nivel estéticos no van a hacer que todo el mundo pueda ver un iPhone 7 con un diseño innovador y parece que parte de esta decisión sería por un cambio dentro de la política de cambios de Apple.
Según un informe publicado hoy mismo, los de Cupertino estarían planeando aumentar de dos a tres años el ciclo de renovación del diseño del iPhone y de ahí que este año 2016 sería el último año de ese primer ciclo aumentado. De esta manera, a pesar de que el iPhone 7 llegará con algunos cambios, se podría ver nuevamente un diseño continuista y unas características poco novedosas. Una decisión que sería tomada debido a la desaceleración del avance de las tecnologías y el hardware que rodean a los smartphones y que parece haber sido filtrada por algunos de lo proveedores de componentes del propio iPhone.
Recordemos que entre los cambios esperados además de los ya mencionados, el nuevo iPhone 7 llegaría con una pantalla OLED que ayudaría a alargar la vida de la batería y un cuerpo que podría ser resistente al agua. De momento no hay nada confirmado por la compañía oficialmente por lo que sólo queda esperar hasta después de verano para conocer el nuevo iPhone.
