Aquí entra en juego el undervolting, una de las técnicas más populares para potenciar los PC, y que consiste en reducir el voltaje que reciben algunos de los componentes. De esta manera, si se logra que el procesador funcione con menos electricidad, se generará menos calor, por lo que los ventiladores harán menos ruido y se alargará la vida útil de todo el conjunto de hardware. Pero no es tan fácil como parece, y tiene sus riesgos.

Componentes a los que no debes bajar el voltaje

Aunque este método puede ser seguro en algunos escenarios, sobre todo si se hace con tarjetas gráficas dedicadas, hay varios componentes a los que nunca deberías hacérselo. Si manipulas el voltaje de estas piezas, además de que no notarás una mejoría en ningún sentido, podrías provocar una corrupción de datos o incluso problemas de sobrecalentamiento en el ordenador. Y esto es justo lo contrario a lo que se pretende.

La CPU es la clave

El primer gran error es intentar aplicar esta técnica de reducción de voltaje a los componentes integrados en el procesador. En este caso, hablamos tanto de la GPU como de la CPU.

Bien es cierto que hace unos años, incluso los propios fabricantes aconsejaban reducir el voltaje de la CPU, pero la cosa ha cambiado mucho. Hoy en día, muchos incluso bloquean esta posibilidad para que los usuarios no puedan hacerlo, y la razón está en la seguridad.

Existe un problema conocido como Plundervolt, que afecta principalmente a procesadores Intel, y que aprovecha la reducción del voltaje para acceder a la memoria protegida y atacar datos sensibles del sistema. Es por eso que las CPU más modernas impiden que el usuario pueda modificar el voltaje que reciben.

La GPU integrada cambia la historia

Si tienes una tarjeta gráfica dedicada (como una NVIDIA RTX o una AMD Radeon), ajustar su voltaje suele ser seguro. Pero si dependes de una GPU integrada (la que viene dentro del procesador), no deberías hacerlo, y te vamos a explicar por qué.

Hay que tener en cuenta que es un chip integrado, por lo que los recursos de energía los comparte con la CPU. Esto quiere decir que si alteras el voltaje de esta parte, estarás también afectando a la otra, por lo que no podrás realizar pruebas de rendimiento fiables, ya que la CPU estará también alterada. Podrías pasar una prueba de estabilidad en la GPU, pero hay riesgo de que el sistema colapse cuando la CPU entre en carga.

Memoria RAM y sistemas de refrigeración

Si estabas pensando en bajar el voltaje de tu RAM para ahorrar energía, no lo hagas. No vas a ganar nada y tienes mucho que perder. Los módulos de memoria, especialmente los modernos DDR4 y DDR5, tienen tolerancias de voltaje extremadamente estrictas.

Cuando activas perfiles de rendimiento como XMP o EXPO, la RAM sube ligeramente su voltaje para estabilizarse a altas frecuencias. Si intentas reducirlo, aunque sea mínimamente, provocarás cierres inesperados de apps, fallos en el arranque y los clásicos pantallazos azules.

Por último, tampoco debes modificar los ventiladores y las bombas de los sistemas de refrigeración líquida. Puede ser interesante para que hagan menos ruido, sí, pero estarás reduciendo su efectividad y no enfriará bien el ordenador, lo que hará que no rinda bien, al tiempo que te cargas el procesador.

 

Fuente: adslzone