Y los expertos advierten que, en muchos casos, ver películas clásicas o incluso algunas modernas en 4K no es la mejor opción, y puede traducirse en una experiencia de fidelidad visual diferente a la que el creador pretendía. Por tanto, tenemos un ejemplo de que el exceso de detalle y definición puede destruir la magia del cine.
Los detalles del 4K rompen el cine
La magia del cine está precisamente en jugar con la ilusión del espectador, en suspenderlo en una realidad para después golpearle definitivamente y que la incredulidad se apodere de él. Y cuando un director y su equipo crean una película, tienen muy en cuenta las limitaciones que tienen en materia de maquillaje, utilería y efectos visuales, y esto cobra especial importancia cuando el visionado de dicha cinta se realiza en otra época.
El problema del 4K es que, para que sea compatible, la película debe ser remasterizada, con una resolución que suele ser cuatro veces mayor que la original. Esta tan alta definición hace que algunos detalles que el cineasta quería ocultar se revelen sin miramientos:
- Maquillaje y prótesis: Las costuras de las prótesis, un maquillaje demasiado visible o las imperfecciones en el atrezo se vuelven mucho más obvias, haciendo que el vestuario se vea como un disfraz de bajo presupuesto.
- Efectos visuales: El exceso de nitidez expone las imperfecciones de los efectos visuales antiguos, las maquetas o los matte paintings o fondos pintados, que se utilizaban en la producción. Esto hace que una escena perfecta en su momento ahora parezca un montaje de teatro.
El problema del grano y las malas remasterizaciones
Pero no todo queda ahí, ya que otro de los problemas tiene que ver con que las películas rodadas en celuloide, es decir, en película, tienen granulado o lo que se conoce como film grain. Este detalle estético es una parte importante del ambiente de muchos de los clásicos del cine. Y claro, cuando se remasterizan y se pasan a 4K, esto es muy difícil de gestionar.
Por un lado, el grano se vuelve demasiado nítido y llama mucho la atención. Esto hace que la imagen tenga poco que ver con la original. Por otro lado, algunas remasterizaciones deciden eliminarlo, con el objetivo de suavizar la imagen de forma artificial. Como resultado, el público se enfada, sobre todo los más puristas, tal y como pudo verse con la remasterización de Alien, de James Cameron.
En este último caso, se perdió la textura de la obra original, algo que fue muy debatido y que tiró por la borda cualquier intención original del creador por darle una atmósfera mucho más analógica a la cinta.
La inteligencia artificial en las remasterizaciones
El gran problema, advierte la fuente, es que no todas las restauraciones se realizan con el mismo nivel de habilidad e integridad. Muchos lanzamientos en 4K son simplemente una falsa promesa de un relanzamiento a mejor calidad, para que los coleccionistas tengan la «mejor edición posible».
De hecho, este tipo de remasterizaciones suelen incluso modificar los colores, añadiendo soporte para HDR a películas que nunca llegaron a imaginarse adoptar esa tecnología. Esto altera por completo la intención inicial. Pero peor aún es el caso de los lanzamientos en 4K que se hacen escalando a través de IA a partir de fuentes de baja resolución. Esto hace que se vean detalles que la inteligencia artificial inventa, añadiendo extraños objetos donde antes no había nada.
Fuente: adslzone
