El sexto vuelo de prueba del megacohete Starship se llevará a cabo el próximo lunes, 18 de noviembre, según ha informado la propia compañía. Hay que aclarar que el lanzamiento solo se efectuará si las condiciones climatológicas lo permiten y no detectan ningún problema en el vehículo espacial de SpaceX. No obstante, son muchos los aficionados al espacio que están expectantes a este nuevo intento, sobre todo después del éxito del quinto vuelo de mediados de octubre.

SpaceX definió el hito de la captura del Mechazilla como un «momento decisivo en la interacción hacia un sistema de lanzamiento completamente reutilizable y rápido». Esto es un gran triunfo para la marca aeroespacial, ya que el futuro de las misiones espaciales debe ser reutilizable para ser económicamente factible.

Solo un mes entre el quinto y sexto vuelo

La Administración Federal de Aviación, que es el organismo regulatorio que acepta o deniega los vuelos espaciales en Estados Unidos, se ha dado prisa en aprobar el nuevo lanzamiento de Starship. Por lo general, SpaceX había conseguido que le diesen permiso para volar con varios meses de diferencia. Pero, en esta ocasión, han tenido más suerte y se lo han concedido con un solo mes de distancia temporal. Sin duda, esto se debe a los triunfos del lanzamiento de octubre.

SpaceX explica que en el sexto vuelo tratarán de recrear los éxitos del quinto, incluida la captura del propulsor y el amerizaje controlado de Starship. Asimismo, recalcan que seguirán probando el escudo térmico y las maniobras para el reingreso de la etapa superior. Así, pretenden «expandir la capacidad de la nave y el propulsor y acercarse a la reutilización de todo el sistema en línea».

Asimismo, es importante que puedan encender uno de los seis motores Raptor de la nave en órbita. De este modo, estarán un paso más cerca de poder reutilizar también la etapa superior de Starship. Esta parte del vehículo espacial también pondrá a prueba nuevos materiales de protección térmica secundaria y «volará intencionalmente en un ángulo más alto en la fase final del descenso». Así, buscan «estresar» los límites del control de los flaps y «obtener datos sobre futuros perfiles de aterrizaje».

Con sus objetivos en mente, los ingenieros de SpaceX han introducido una serie de actualizaciones al cohete. Entre ellos, destaca una mayor redundancia en el sistema de propulsión y los controles de software actualizados. El lanzamiento del 18 de noviembre permitirá comprobar qué tal funcionan estos cambios y otros.

Los resultados que el equipo de SpaceX obtenga con el próximo lanzamiento podrán continuar trabajando para aportar «mejoras significativas» en el séptimo vuelo. Con ellos, podrán rediseñar los flaps, crear tanques de propulsión más grandes y desarrollar una protección térmica más actualizada. Por lo tanto, aún les queda mucho trabajo por delante para que Starship esté listo para funcionar en misiones espaciales.

Hay que recordar que el megacohete Starship es un elemento esencial en el programa Artemis de la NASA. Con el vehículo espacial, la agencia espacial estadounidense espera volver a llevar una misión tripulada a la Luna y llevar a cabo largos asentamientos lunares para investigar el único satélite natural de la Tierra. Conforme SpaceX va consiguiendo cada vez más logros en sus vuelos de prueba, la idea de que el ser humano vuelva a pisar la Luna es cada vez más real.

 

Fuente: adslzone