El disquete de 3½ era un soporte de almacenamiento de datos de tipo magnético. Y la ‘ranura’ que mencionábamos anteriormente era la disquetera, o unidad de disquetes, estaba instalada en ordenadores domésticos y servía para leer y escribir en estas unidades de almacenamiento. El gran problema de este soporte, los disquetes de 3½, estaba en su vulnerabilidad a los campos magnéticos externos, que con el tiempo provocaba que dejasen de funcionar. Ahora bien, resistieron desde el año 1971 a 2000, que es cuando definitivamente dejaron de utilizarse.

La historia del ‘disquete de 3½’, las ‘memorias’ que utilizamos en nuestros ordenadores hasta el año 2000

El disquete de 3½ tiene sus orígenes, como decíamos, en el año 1971. Pero en aquel entonces, en realidad, los disquetes que se utilizaban eran de 8 pulgadas y alcanzaron su capacidad máxima en el año 1977, cuando se lanzaron los disquetes de 8 pulgadas de doble cara con hasta 1,2 MB de capacidad. Un año antes ya se había lanzado el disquete de 5¼ pulgadas con un formato más compacto y 110 kB de capacidad. Y este formato se mejoró en 1986 alcanzando los 100 MB. Pero mucho antes, en 1982, ya había nacido el disquete de 3½ con 264 kB.

Así que, en realidad, ciñéndonos al disquete de 3½ estaríamos hablando de una historia que duró desde 1982 hasta el año 2000, con el de ocho pulgadas como precedente original, y con algunos otros formatos intermedios. En el año 1997 se lanzó el disquete de 3½ con mayor capacidad de almacenamiento: 240 MB.

Pero ¿de dónde ‘salió’ el disquete de 3½? Como avanzábamos, tiene sus orígenes en el disquete de 8″. Y cómo no, fue IBM la que inventó este formato de soporte de almacenamiento. En el año 1967 la compañía encomendó a su centro de desarrollo y almacenamiento de San José, en California, el desarrollo de un sistema sencillo y barato que permitiera la carga de microcódigo en los System/370 de sus computaoras centrales. Así que este fue el soporte que se diseñó y lanzó algunos años más tarde, en 1971. La muerte del soporte fue culpa del software, su evolución y su aumento de peso. Y por supuesto, la llegada de los formatos ópticos.

 

Fuente: adslzone