Los investigadores que han conseguido este hito no solo han mejorado el trabajo del láser generando varios colores, sino que además han ampliado sus posibilidades reduciendo el grosor del cable. Al reducir su diámetro y hacerlo tan delgado, la luz se comprime y se vuelve muy brillante. Gracias a esta elevada densidad, el material del cable responde creando nuevos colores. Y el ‘truco’ está en que los nuevos colores generados siguen el espaciado establecido por el pulso de luz del láser. En total, con un único láser, se generan 80 colores que se requieren para el funcionamiento de todo el sistema. Pero hay otras mejoras.

Cómo han conseguido alcanzar una velocidad de 661 Tbps sobre fibra óptica ‘simplificando’ la luz

La luz del láser se divide en dos polarizaciones, aportando dos canales por cada color; con la luz pulsada se pueden crear cuatro intervalos de tiempo diferentes denominados multiplexación por división de tiempo. Así, cada color presta una 320 Gbps aproximadamente, con 25 Tbps por 80 colores que comentábamos anteriormente. Ahora bien, la fibra óptica que transporta la señal está creada con 30 núcleos para guiar la luz con un único revestimiento. Pudiendo cada núcleo ofrecer 25 Tbps, ya tendríamos un total de 768 Tbps. ¿Por qué la velocidad obtenida es inferior? Por la redundancia, empleada para la corrección de errores en la transferencia de datos.

Con esta redundancia aplicada, sobre una capacidad máxima de 768 Tbps, se ha conseguido esa velocidad de 661 Tbps. El único problema está en que, aunque este desarrollo resuelve algunas de las limitaciones de velocidad de la fibra óptica, no está enfocado a resolver el otro gran problema: el consumo de energía.

 

Fuente: arstechnica | adslzone