Tenemos el planeta Tierra controlado desde todos los ángulos con satélites para vigilar la actividad de volcanes o controlar las tormentas. No obstante, la mayor parte de nuestro planeta está cubierta por agua y ahí tenemos alguna dificultad adicional para tenerlo todo bajo control. No obstante, eso puede cambiar a raíz de la última investigación publicada en Science por parte de Giuseppe Marra del Britain’s National Physical Laboratory (NPL).

Cables submarinos de Internet como detectores de terremotos

Esto que puede parecer una idea descabellada en realidad tiene mucho sentido. En primer lugar, se utilizarían los cables submarinos de Internet como detectores de terremotos, pero en ningún momento dejarían de hacer su función principal, es decir, interconectar países y continentes entre sí.

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En segundo lugar, pese a que tenemos la tierra (parte “seca”) bastante bien controlada en lo que se trata de detectar terremotos, la cosa cambia bajo del mar. Por ello, se quieren utilizar los millones de kilómetros de cables posados sobre el fondo del mar para detectar los movimientos sísmicos con mucha más precisión.

Hasta ahora, pequeñas vibraciones producidas en zonas de mar no se detectaban debido a su lejanía con la tierra. Si se empiezan a usar los cables submarinos para esta labor, pasaríamos a tener muchos más datos sobre los terremotos, algo que a largo plazo nos ayudaría enormemente con predicciones y otros aspectos.

La idea, a grandes rasgos, pasa por utilizar un haz láser de alta calidad por los cables ópticos que llegaría de una punta a otra de este. Si se produce algún tipo de vibración en el suelo marino, se produciría una desfase del haz de luz en uno de los dos lados. Con la medición de este, se podrían usar los cables submarinos como detectores de terremotos.

Además, su idea no es nueva y ya en 2016 consiguieron detectar un terremoto en el centro de Italia por el “ruido” presente en un cable de fibra óptica de 79 kilómetros de longitud. En 2017 también realizaron pruebas bajo el agua con un cable submarino de 96 kilómetros entre Malta y Sicilia.

 

Fuente: economist | adslzone