Es por ello que se han empleado todo tipo de tácticas a lo largo de estos años, algunas más radicales o duras que otras, pero al final, los resultados son escasos y muy lejos de lo que las organizaciones y grupos involucrados en todo ello, podrían esperar en un principio. Una de las tácticas en este sentido de las que se ha echado mano de manera más habitual, es por medio de lo que se podría denominar como «reeducación» de los piratas.
Por tanto ya a nadie le extraña que en diversos medios de comunicación y entretenimiento, en ocasiones veamos diversos vídeos a modo de anuncios que intentar convencer, de un modo u otro, a estos usuarios, de que lo que están haciendo es algo ilegal y que deben desistir en estas prácticas. De entre los más populares en este sentido podemos encontrar los realizados y difundidos por la Oficina de Patentes y Registros de Suecia, cuyo uno de los principales objetivos que pretenden hacer saber a los usuarios pirata, es que con el pirateo no hacen más que enriquecen a los operadores de estos portales y plataformas.
En la más reciente hornada de anuncios antipiratería, usuarios de todo el mundo han podido observar a una serie de protagonistas disfrazados, por así decirlo, con unas extrañas máscaras de animales, pero al mismo tiempo rodeados de todo tipo de artículos de lujo, viviendo en caras mansiones, con impresionantes coches y montones de dinero en efectivo. Hay que tener en cuenta que tanto los litigios legales como la mencionada reeducación de los consumidores de estos contenidos ilícitos, son probablemente los dos sistemas que más probabilidades tienen de ser tenidos en cuenta por estos.
Si nos referimos al segundo de los apartados, esto es algo que a lo largo de los años ha dado lugar a muchas campañas publicitarias, una de las cuales se llevó a cabo hace unos años y adquirió cierta fama al afirmar que “la piratería es un delito”. Así estas acciones se equiparaban al robo de un coche, de un bolso, o un televisor. No se sabe si estas campañas han llegado a hacer cambiar de opinión a algunos piratas, pero lo que es indiscutible es que han generado multitud de comentarios de todo tipo a lo largo y ancho del globo.
Los vídeos que intentan acabar con la piratería tienen un éxito un tanto cuestionable
De este modo los últimos esfuerzos de este tipo provienen de Suecia, donde el gobierno encargó a la Oficina de Patentes y Registros del país que intentase aumentar la conciencia pública sobre los derechos de autor y así ayudara a cambiar la actitud de los consumidores de estos productos «gratuitos» vía streaming o mediante descargas ilegales.
El principal propósito de estos, al menos a priori, es entre otras cosas reducir el uso de sitios streaming ilegales y al mismo tiempo hacer más fácil y segura la localización y elección de otras opciones legales. Para ello, desde su punto de vista, cada año estas «redes criminales» ganan millones de dólares con el streaming ilegal generado por los piratas, dinero que proviene de la publicidad en estos portales y que se utiliza para otras actividades delictivas, afirman desde estos grupos que luchan contra la piratería.
Por tanto, el propósito de la nueva campaña de vídeos, no es otra que la de informar de todo ello, de ahí que se ve a los supuestos administradores de estos sitios web con máscaras de animales, en sus hábitats naturales de hermosas mansiones, llenas de lujos y montones de dinero, todo un tanto extraño, dicho sea de paso. Queda patente que el mensaje que se quiere transmitir aquí es que las personas que visitan sitios pirata están ayudando a pagar todos estos lujos, pero claro, también puede haber gente que los interprete desde otro punto de vista bien diferente.
Mientras que algunos pueden tener un problema con los piratas que se enriquecen con sus clics, otros pueden llegar a plantearse que quizá no sea mala idea intentar montar una plataforma pirata de este tipo, ya que si tantos beneficios proporciona, es posible que los riesgos a correr merezcan en cierto modo la pena.
Y es que estos lujos podrían llamar quizá la atención de los más jóvenes y tener un efecto totalmente contrario al esperado, viendo un modo de vida alternativo, con ciertos riesgos legales, eso sí, pero con una vida llena de lujos; algo que lo más probable, por no decir seguro, está muy lejos de la realidad.
