Se llama Jason Scott, tiene 46 años y ya tiene preparado su archivo para que alguien pueda continuar su legado si él muere. Se ha dedicado durante los últimos años a tomar soportes físicos como catálogos, revistas, disquetes y CD ROMs y convertirlos en información digital para mantener una copia de toda esta información. Pero no se centra sólo en archivos y documentación de interés generalizado, sino también en pequeñas piezas de escaso interés actual, pero que en el futuro podrán consultarse igualmente. Y gran parte de estos soportes que consigue formaron parte de colecciones particulares, de personas que acabaron considerándolo basura.

Una copia de todo lo físico (sí, todo) para que siempre esté disponible en Internet

El protagonista de esta hazaña, y lo que le queda por recorrer, no es el único que se ha planteado generar un archivo digital de ‘todo lo físico’. Incluso en Internet hay archivos de información anterior, como Wayback Machine, que permite volver a visitar páginas web de años atrás exactamente como eran en aquel momento, y no como hoy están visibles. Pero lo de Jason Scott es un proyecto más grande, como decíamos anteriormente, que está reuniendo pequeñas colecciones de soportes físicos para que estén disponibles para todos.

Su intención, básicamente, es digitalizar todo lo posible para que exista una copia en Internet, y en cualquier momento se pueda rescatar la información. Desde programas de software hasta catálogos y revistas, pasando por pequeñas utilidades o, sencillamente, información relativa a productos. Y lo que cada vez es más complicado, pero él cumple, es tener acceso a reproductores de medios que ya están obsoletos. Lectores de disquetes, por ejemplo, que permitan hacer una copia en Internet de la reducida información que almacenan.

 

Fuente: Motherboard | adslzone