En la era digital de la inmediatez en la que vivimos, los pagos y transacciones online han de evolucionar a sistemas más rápidos, eficientes, y seguros. Con esa premisa surgió Bitcoin, que fue la primera y más popular moneda en utilizar el Blockchain. Esta moneda permite realizar pagos de manera anónima e inmediata a cualquier parte del mundo, y sus registros quedan almacenados de manera pública en Blockchain.

¿Qué es Blockchain?

El Blockchain es, a grandes rasgos, un libro de contabilidad digital, donde cada transacción queda registrada en lotes de datos llamados bloques, los cuales usan validación criptográfica para ir unidos entre sí. Cada bloque puede identificar el bloque anterior mediante una función hash, de tal manera que todos los bloques forman una cadena que no se rompe, dándole así el nombre de Blockchain.

Este registro no está almacenado en un lugar concreto o por una persona en concreto, sino que tiene copias distribuidas entre miles de ordenadores, donde el registro se va actualizando en tiempo real en todos los dispositivos. Todo aquel que quiera puede tener una copia de todas las transacciones que se realizan a través de Blockchain.

Gracias a este sistema, nadie puede falsificar nunca los datos contables. Cuando una transacción se añade a esta contabilidad, ésta es totalmente irreversible. Cualquier persona puede acceder a cualquier transacción de manera pública.

Los bancos ya le han echado el ojo al Blockchain

Al ser digital y operar a través de Internet, el Blockchain requiere utilizar dispositivos en múltiples localizaciones. Esto hace que el consumo eléctrico total para nutrir el Bitcoin sea equivalente a la mitad del consumo eléctrico de toda Irlanda, o un 5% del consumo eléctrico de toda España.

Este consumo es sólo con una decena de monedas digitales que operan en la actualidad utilizando Blockchain. Ya hay múltiples bancos que están trabajando en un sistema para implementarlo para crear una moneda interbancaria que les permita realizar transferencias inmediatas, de manera que queden totalmente registradas. Si se crean cada vez más monedas basadas en Blockchain, el consumo eléctrico será mayor.

Los bancos han puesto el ojo en el Blockchain para realizar transacciones por todas las ventajas que ofrecerían frente a los métodos actuales, como el SWIFT. Las transacciones son inmediatas, y quedan registradas de manera pública y segura.

Esto también juega en contra de los propios bancos, ya que los bancos viven de la desconfianza entre los usuarios, y son las entidades bancarias las que se encargar de cobrar una pequeña comisión a la hora de transferir el dinero en concepto de intermediación y certificación de que la transferencia es válida y correcta. En el Blockchain las tasas de transferencia suelen ser bajas, sobre todo para transacciones superiores a los 1.000 bytes o supera una determinada cantidad mínima.

Gracias al Blockchain, los usuarios no necesitan más intermediarios que el registro público donde aparecen todas las transacciones. Esto ayuda a su vez a que se eviten manipulaciones en los servicios que gestionan las transferencias monetarias, como pasó hace cuatro años con el Libor, donde el banco suizo UBS manipulaba los tipos de interés interbancarios, y fue multado con 1.250 millones de euros.

El Blockchain ayudaría a evitar esto, ya que todas las partes, e incluso las autoridades y los reguladores podrían acceder al registro contable permanente que ofrece Blockchain. El sistema permite a los bancos crear su propio sistema a medida.

¿Qué problemas puede llegar a plantear el Blockchain?

El principal problema asociado al Blockchain puede ser la falta en determinadas ocasiones del anonimato. Por ejemplo, si compramos un coche, esto sólo lo sabe el Estado y la persona a quien se lo hemos comprado. Con Blockchain, a no ser que te escondas bajo capas de anonimato para realizar la transacción, puede que haya información que quede a la vista de todos los usuarios, como la localización donde se originó.

Incluso podrían llegar a surgir empresas cibernéticas especializadas en analizar datos de las transacciones, con el fin de poder identificar a una o varias personas involucradas en la transacción a través de técnicas basadas en la extracción de datos basadas en scraping.

Otros usos del Blockchain

Además de las transacciones financieras, un uso claro que podría tener el Blockchain es el utilizarlo para votar en unas elecciones. El sistema es perfectamente transparente como para que no quede ninguna sombra de duda sobre supuestas manipulaciones electorales, además de facilitar su contabilización. Además de los votos, con Blockchain se puede transferir cualquier información relacionada con las transacciones, como intercambio de escrituras o propiedad, como el ejemplo del coche que hemos utilizado.

En definitiva, en los próximos años vamos a ver como cada vez más bancos van a empezar a utilizar el Blockchain para diversos tipos de transferencias. En la actualidad BBVA y Santander ya trabajan en programas para desarrollar transacciones basadas en Blockchain. Con este sistema eliminan las tasas de tipos de cambio y las comisiones elevadas por las transacciones, así como los largos tiempos de espera, que en el caso del Bitcoin pueden llegar a ser, a lo sumo, de unos 10 minutos.

 

Fuente: Ars Technica | adslzone