Fan de las nuevas aplicaciones de economía colaborativa siempre me ha gustado probar los diferentes servicios que han ido naciendo. He sido pasajero en BlaBlaCar y como no podía ser de otra manera utilicé Uber en Estados Unidos, cuna de la compañía y precisamente donde supuestamente mejor funciona. A priori buscaba experimentar con el servicio a la vez que ahorrar, sin embargo después de dos desastrosas experiencias, he decidido que se acabaron las oportunidades.

Primer viaje, accidente

La primera vez que utilicé Uber fue en la Terminal 7 del JFK – John F. Kennedy de Nueva York. Tenía que ir a Manhattan y en lugar de utilizar un taxi decidí decantarme por la aplicación. En apenas tres minutos llegó un conductor de la app y todo fue como la seda hasta que un coche se empotró contra nosotros cuando llevábamos solo 10 minutos de trayecto. Tuve la suerte de que lo vi venir y me preparé para el impacto que solo tuvo consecuencias en los vehículos, sin embargo la situación fue bastante embarazosa .En cinco minutos ya había varios coches de policía, bomberos y una ambulancia. A pesar de que fue un golpe de chapa tuve que aguantar durante 45 minutos el papeleo y las preguntas de las autoridades.

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Rechacé que me viera un médico porque me encontraba bien y no era cuestión de perder más tiempo, pero visto el resultado, debería haber accedido… Como os podéis imaginar tuve que reclamar la devolución del importe del viaje fallido, informar del accidente y ver la respuesta de la compañía. En un primer correo uno de los responsables de la app se equivocó y pensó que yo era el conductor preguntando si “el vehículo era apto para circular con los daños”. Inmediatamente respondí indicando que era el usuario y eximí al conductor del accidente no fuera que perdiera su única fuente de ingresos. Uber me respondió pidiendo disculpas y regalándome 20 dólares de saldo para futuros viajes. ¡¡¡20 dólares!!!

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Ahí se quedó todo y obviamente vinieron a mi mente todas las reivindicaciones de los taxistas. ¿Qué pasa si hay un accidente con sangre? ¿Por qué los taxistas necesitan un carnet de conducir especial y los conductores de Uber no? ¿Por qué los taxistas pagan hasta cuatro veces más por un seguro a todo riesgo que los de la aplicación? ¿Por qué un taxi puede cargar cuatro personas y un Uber puede llevar 7, 8.. o las que sean? En definitiva, muchas preguntas sin respuesta que conviene tener en cuenta a la hora de elegir estos servicios.

Como siempre creo en las segundas oportunidades hice otros cinco viajes bastante satisfactorios, algunos en Uber X con todo el coche para mí y otros en los “Pool” donde compartí viaje con otros pasajeros. Todo en orden hasta que en el último viaje he decidido decir basta. Estando en la puerta de mi hotel en Manhattan rechacé que los botones me pararan un taxi  de los que cobran en tarifa plana 55 dólares al aeropuerto. Opté de nuevo por Uber para hacer la reserva. “La app me avisó que el importe sería más caro debido a la elevada demanda pero aun así lo acepté sin tener más detalles. Después de una hora y media de viaje por el elevado tráfico y porque el conductor se equivocó, me llegó una receta de más de 100 dólares. ¡Menudo timo! El tema es que no hay manera de controlar el gasto porque no ves el importe como si fuera un taxímetro, solo cuando llegas al destino te llevas la sorpresa. Si el conductor se equivoca o te lleva por otra ruta, es problema tuyo.

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Obviamente me he quejado formalmente tanto en la aplicación como dirigiéndome al departamento de comunicación en España, sin embargo, no he obtenido respuesta. Por mi parte se acabaron los experimentos y es que prefiero probar otras alternativas (que las hay) o utilizar el taxi de toda la vida que al menos ofrece garantías y se evitan este tipo de sorpresas desagradables.

Seguiremos pendientes de la actualidad de la aplicación y es que los rumores apuntan a una posible venta, salida a bolsa (a pesar de que no sus resultados económicos son completamente desconocidos) o nuevos cambios en el modelo de negocio para evitar los conflictos legales con los diferentes gobiernos. En cuanto a mí, ya he borrado la aplicación del móvil.

 

Fuente: adslzone