Prácticamente todos los juegos están programados para que se realicen diferentes acciones cuando ocurren diversas circunstancias. Obviamente, los juegos actuales están tan avanzados que dan la sensación de que los personajes dirigidos por el propio software son realmente inteligentes. Sin embargo, no lo son. Únicamente responden a estímulos a través de la programación que se haya escrito anteriormente. Si el protagonista del juego intenta disparar a otro, este intentará moverse para que no le den, sin más.

Pues bien, Google piensa que es posible crear personajes que piensen por sí mismos y que, al igual que hacemos los humanos, vayan aprendiendo a base de pruebas y errores. Por ese motivo, han introducido una IA en Montezuma´s Revenge y, sin programarle para que lo pueda superar, han esperado a ver qué ocurría.

Aprendiendo como aprende la IA

Google quería observar cómo, con diferentes objetivos o bonus, la IA podía superar más o menos objetivos. Y se han dado cuenta de que funciona de forma similar a la mente humana. Programaron un primer personaje para que mediante prueba y error fuera pasando pantallas en el juego, tal y como haría una persona que se pusiera delante del juego por primera vez.

Pues bien, resulta que, mediante lo que han llamado ‘motivación intrínseca’, es decir, ofrecer una serie de recompensas a la IA, esta responde mucho mejor, al igual que hacemos nosotros cuando, al cumplir un objetivo, el cerebro segrega productos químicos que nos dan placer. Y la diferencia entre quien recibe estímulos y quien no es bastante grande como podéis ver en esta imagen.

IA-de-Google.png

Así, parece ser que la inteligencia artificial, a la hora de aprender, también funciona mediante estímulos positivos. Todos funcionamos mejor cuanto más motivados estamos y parece que los robots del futuro también funcionarán así. Es decir, que el próximo gran trabajo del futuro será el de motivador de máquinas.

 

Fuente: The Verge | softzone