La tecnología 5G se apoya en el uso de Smart cells, pequeñas antenas colocadas a mucha menos distancia que las anteriores que permiten una mayor capacidad y velocidad de la red móvil. Las antenas de telefonía móvil siempre han sembrado el pánico entre algunos ciudadanos por la falsa creencia de su relación con el cáncer.

La llegada del 5G, que necesitará muchas más antenas, está desencadenando una cadena de rechazo en muchas comunidades de Estados Unidos. La instalación de antenas por parte de las compañías norteamericanas está cosechando críticas y quejas de algunos usuarios que desconocen completamente las necesidades de esta nueva tecnología.

El 5G necesita muchas más antenas y los ciudadanos se ponen nerviosos

En los próximos años veremos como aparecen antenas instaladas en elementos del mobiliario urbanos tales como semáforos o farolas por todas las calles de nuestras ciudades. Todos los operadores deberán hacer un esfuerzo económico importante para ello, siendo una de las mayores inversiones de los próximos años.

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Sin embargo, las instalaciones ya se están encontrado con los primeros problemas. Además de los ciudadanos que rechazan la llegada masiva de más antenas a sus ciudades, tenemos a la propia administración local que está saturada con las decenas de peticiones de instalación de antenas en nuevas ubicaciones.

En estos momentos, más de 100.000 celdas están instaladas en los Estados Unidos, pero la idea de las operadoras es tener varios cientos de miles más para prepararse para la llegada del 5G. La gran diferencia con las antenas usadas hasta ahora es que se podían colocar en una propiedad privada dentro de una zona concreta ya que su cobertura es muy grande.

Por el contrario, las Smart cells del 5G tienen alcances de unas decenas de metros. Por eso, deben instalarse en lugares estratégicos, siendo necesario encontrar nuevas ubicaciones. Como vemos, este será un problema con el que tendrán que lidiar los operadores de telecomunicaciones en los próximos años.

 

Fuente: WSJ | adslzone