Durante los últimos tres meses, se ha producido un aumento del 400% en los casos de GPS spoofing o manipulación de GPS, según la asesora de aviación OPSGROUP. El GPS spoofing, proclive a experimentarse en territorios en guerra o de tensión geopolítica, es la técnica por la que un aparato casero de GPS puede interferir con las señales de aeronaves, incluidos aviones comerciales, y afectarles de distintas formas pudiendo llegar a alterar su ruta de vuelo.
Mientras que de enero a marzo de este año, el número de casos registrados rondaba los 200 diarios, entre abril y junio estos han subido hasta los 900 al día, llegando a afectar a hasta 1350 vuelos en un solo día. Asimismo, el número de localizaciones en las que un vuelo podía encontrarse con este fenómeno ha aumentado de tres a diez. Mientras que en septiembre del pasado año se detectaban casos de manipulación de GPS en el norte de Irak, cerca de Bagdad, en Egipto cerca de El Cairo y en Israel, ahora también se reportan casos en el Mar Negro, Chipre, la frontera con Corea del Norte y cerca de Rusia.
Uno de los motivos por los que puede llevarse a cabo esta técnica es el de ocultar las trayectorias o lanzamientos de drones o misiles.
Según investigadores de ciberseguridad, el GPS spoofing está convirtiéndose en un problema mayor, que destaca por la facilidad de fabricación de estos artefactos caseros con los que interferir con los instrumentos de los aviones comerciales. En realidad, el GPS spoofing suele interferir, sobre todo, con el ajuste horario de los aviones, por ejemplo, haciendo creer al sistema que están varios años por delante. Esta aparentemente inocua alteración de los relojes del avión pueden, por ejemplo, provocar la pérdida de acceso al sistema de comunicaciones encriptadas.
Un avión que sufrió esta alteración en sus relojes, tuvo que quedarse en tierra durante semanas, mientras un grupo de ingenieros corregía manualmente el ajuste horario.
Pero, de acuerdo con OPSGROUP, el riesgo también se extiende a la navegación. El piloto automático puede verse afectado, causando un cambio de trayectoria repentino, así como aumentar el porcentaje de error en las aproximaciones a pista, entre otros.
Como ejemplo, se puede citar la decisión de la aerolínea finlandesa Finnair el pasado abril, de pausar temporalmente todos los vuelos que pasaban por la ciudad de Tartu, al este de Estonia, debido a GPS spoofing que, según la capital del país, estaba siendo causado por la vecina Rusia.
Riesgo de confusión en los pilotos
La manipulación del GPS no es ni mucho menos suficiente como para provocar que un avión se estrelle, pero sí que es preocupante por la confusión que puede generar entre los pilotos. Esta confusión puede provocar un temido ‘efecto cascada‘, por el cual un pequeño inconveniente acabe despistando y dando lugar a una serie más larga de errores en los pilotos que provoquen un problema más grave. También puede aumentar la probabilidad de tener que hacer un go-around, esto es, un rodeo por el que el avión anula el aterrizaje para intentarlo otra vez.
Los go-around aumentan el estrés de la tripulación, y aumentan el riesgo con cada nuevo rodeo que se lleva a cabo.