El grupo de observadores digital ha comentado que la estrategia llevada a cabo por Microsoft para enviar las actualizaciones de Windows 10 no fue bien recibida por muchos, además ha acusado a la compañía de haber cruzado la línea con la aplicación de actualización para Windows 7 y 8, que volvía a aparecer a través de actualizaciones de seguridad después de que el usuario la desinstalara, iniciando así una especie “juego del gato y el ratón para poder desinstalarla”.

La EFF ha criticado la excesiva ambición de Microsoft por conseguir los mil millones de dispositivos con Windows 10 para finales de 2018. Para ello, ofreció de forma gratuita la actualización a Windows 10 desde el lanzamiento del sistema operativo hasta el 29 de julio de 2019. En un principio la actualización se ofrecía a través de Windows Update, mostrando un icono en el área de notificación, pero más tarde la política de actualizaciones se fue volviendo más agresiva según la EFF, empaquetando publicidad de Windows 10 como actualizaciones de seguridad de Internet Explorer. También critica el hecho de que la compañía no solo hacía descargar la aplicación de actualización a Windows 10, sino también todos los ficheros de instalación, los cuales ocupaban unos 4GB en disco.

Según Microsoft, a día de hoy hay uno 300 millones de dispositivos utilizando su último sistema operativo. Sin embargo, no se puede saber qué porcentaje de estos han sido actualizados a través de Get Windows 10 (GWX). Debido a la política supuestamente agresiva de la multinacional, muchos usuarios han visto cómo sus equipos eran actualizados contra su voluntad.

Pero GWX no es la única cosa relacionada con Windows 10 criticada por parte de la EFF, ya que Cortana también ha sido objeto de duras críticas debido a que, según la fundación, Microsoft ha demostrado un “patrón de comportamiento perturbador y de ignorar la privacidad de los usuarios con la excusa de las posibilidades de personalización de Cortana”.

La EFF insiste en la falta de privacidad de Windows 10, diciendo que este sistema “envía una cantidad sin precedentes de datos a Microsoft”, incluyendo datos de localización, entradas de texto, entradas de voz, entradas táctiles, páginas web visitadas y la telemetría relacionada con el uso del sistema, que incluye los programas ejecutados y la cantidad de tiempo que son usados. Evidentemente, buena parte de este envío de datos se puede desactivar, pero la EFF insiste en decir que incluso así el sistema sigue enviando algunos datos a la compañía.

Universal Telemetry Client se encarga sobre todo de enviar reportes de errores cuando ficheros específicos causan un fallo en el sistema. Sin embargo, esta utilidad presenta un problema a nivel de privacidad, ya que mientras los usuarios de Enterprise Edition pueden desactivarla, los usuarios la edición Home no pueden decir lo mismo, según la EFF.

La fundación reconoce grandes progresos a nivel de seguridad en Windows 10, pero acusa a Microsoft de forzar a los usuarios a “elegir entre privacidad y seguridad”. En caso de ver que Microsoft no rectifica ciertas políticas llevadas a cabo en torno a su último sistema operativo (como la recopilación de datos y la falta de libertad de los usuarios), la EFF ha amenazado con llevar a la compañía ante los tribunales.

 

Fuente: ThreadPost | muyseguridad