Para que algo o alguien pueda ayudar a hacer algo necesita información. En esto no nos diferenciamos los humanos de las máquinas. Y como es natural cuanta más información acumule más podrá ayudarnos. Si tenemos en cuenta que los asistentes personales como Siri, Google Assistant o Cortana tienen entre sus funciones ayudarnos con tareas personales, debemos entender que les tenemos que dar la suficiente información para que cumplan su función lo mejor posible.

El problema viene al saber quién está detrás de estos asistentes virtuales y, en este sentido, no es lo mismo que esté Google, Microsoft, Apple o la misma Amazon con su Echo. Normalmente nos cuesta bastante dar nuestra información personal a las empresas porque no sabemos qué pueden hacer con nuestros datos. De hecho, intentamos dar lo justo para que puedan cumplir su función. En el caso de los asistentes personales estamos realmente perdidos ya que no sabemos cuánto es lo justo.

Asistentes-virtuales-en-dispositivos-moviles.jpg

Los chatbots se suman a los asistentes virtuales

La llegada de estos asistentes virtuales ha sido tan impresionante como fue la llegada de los buscadores de internet como Google. Y precisamente por esa impresión, por esa novedad, no nos terminamos de dar cuenta de toda la información que tenemos que proporcionar para que estos funcionen correctamente. Por poneros un ejemplo, el asistente virtual de Google es capaz de leer nuestros correos para programarnos las reuniones, también es capaz de avisarnos cuando va a salir nuestro vuelo, ya que también sabe cual cogemos y, encima, pertenece a una empresa que sabe absolutamente todo lo que nos interesa gracias a su buscador. Hemos dado todo sin darnos cuenta.

Además, ahora están empezando a aparecer los primeros chatbots, pequeños asistentes virtuales que se van a ir a implementando en la mayoría de servicios de mensajería, o al menos esa es la intención que tienen grandes empresas como Facebook. Esto quiere decir que podremos, por ejemplo, pedir una pizza a través de Facebook Messenger y que un pequeño programa nos lo tramite con un trato tan personal como el de un ser humano. Sin embargo, la diferencia es que ese pequeño chatbot automáticamente grabará todos los datos que le hemos dado y Facebook los podrá incluir en nuestro perfil para siempre. Obviamente, no es lo mismo esto que dar tu número de teléfono y dirección al restaurante que hay debajo de tu casa.

A estas alturas de la vida ya es prácticamente imposible que podamos hace otra cosa que no sea aceptar nuestra pérdida de privacidad, pero lo que sí podemos hacer es intentar ser conscientes de ello cada vez que utilicemos un servicio de este tipo. Al menos así sabremos si ha merecido la pena o no.

 

Fuente: softzone