Evidentemente, Microsoft es consciente de que hay usuarios que utilizan SSD y HDD en su configuración de hardware del ordenador. Y su sistema operativo Windows 10 está perfectamente adaptado a esto. Así que tenemos una posibilidad de configuración que nos permite usar un SSD para la instalación de Windows 10, así como para los programas que utilicemos de forma recurrente o necesiten la máxima velocidad; y por otro lado, usar el disco duro para el almacenamiento de archivos que no requieren de las prestaciones de la unidad de memoria en estado sólido.

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Windows 10 te permite usar tu SSD para juegos, y el HDD para archivos, de forma automática

Si abres Configuración en tu ordenador con Windows 10 encontrarás una sección denominada Almacenamiento, y que permite modificar sus ajustes correspondientes. Aquí tenemos el sensor de almacenamiento, por ejemplo, para ahorrar espacio automáticamente. Pero lo que nos interesa es el apartado de Más configuraciones de almacenamiento, donde podemos seleccionar dónde guardar cada cosa cuando llega a nuestro ordenador. Pulsando sobre la opción Cambiar la ubicación de almacenamiento del contenido nuevo, Windows 10 nos va a dejar escoger dónde guardarlo siguiente:

  • Nuevas aplicaciones
  • Nuevos documentos
  • Nueva música
  • Nuevas fotos y vídeos
  • Nuevas películas y programas de televisión
  • Mapas sin conexión

Todos estos tipos de archivos se pueden modificar en la configuración de almacenamiento. Es decir, que podemos escoger que las nuevas aplicaciones se instalen en el SSD y que, sin embargo, todo lo demás quede guardado en el disco duro (HDD). De esta forma conseguiremos, automáticamente, ahorrar espacio en el SSD y exprimir su máximo rendimiento llevando los archivos ‘normales’ de forma directa al disco duro. No tendremos que estar revisando a cada momento dónde se guarda cada cosa.

 

Fuente: adslzone