Antes de nada, debemos saber qué características tiene que tener el disco duro externo que queremos conectar a nuestra Xbox One. Las especificaciones que debe cumplir es contar con al menos 256 GB de espacio, aunque se recomienda que tenga mucho más para no encontrarnos con el mismo problema de falta de espacio en poco tiempo y lo que es más importante, que se conecte a través de un USB 3.0.

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Pasos a seguir para usar un disco duro externo en la Xbox One

Una vez elegido el disco duro externo que vamos a usar junto a la Xbox One, la primera vez que lo conectamos Xbox nos pedirá que formateemos el dispositivo si no cuenta con un formato válido. En ese caso, la consola nos lo indicará por pantalla preguntándonos si queremos darl formato, aceptamos y la propia consola realizará el proceso automáticamente. Si el disco duro es nuevo no hay problema, pero si es alguno que ya estábamos usando y tiene datos guardados, será mejor que los guardemos en otro lado si los queremos mantener puesto que el proceso de formateo borra todo lo que tengamos en el disco.

Una vez tengamos el disco duro instalado, preparado y lo haya reconocido correctamente la consola, podemos utilizar el espacio disponible en disco para almacenar juegos, aplicaciones o contenido multimedia. Para reproducir contenido multimedia desde una unidad externa, lo primero que tenemos que hacer es instalar la aplicación Reproductor multimedia desde la tienda. Una vez hecho esto, la aplicación reconocerá el disco duro que acabamos de conectar y únicamente tenemos que seleccionarlo para reproducir lo que queramos.

Para administrar el almacenamiento a nivel de dispositivo debemos abrir la guía y seleccionar ConfiguraciónToda la configuración > Sistema > Almacenamiento, mientras que si lo queremos administrar a nivel de juegos y aplicaciones, tenemos que ir a inicio y seleccionar Mis juegos y aplicaciones, situar el puntero en un juego o aplicación, presionar el botón Menú del mando y a continuación elegir la opción Administrar.

 

Fuente: adslzone