Microsoft ha aprendido la lección con Windows 10

Aunque inicialmente Microsoft dijo que no instalaba las actualizaciones sin el consentimiento de sus usuarios, finalmente reconocieron que en algunos casos sí que lo habían hecho a través de la aplicación “Get Windows 10” que se instalaba automáticamente a los usuarios de Windows 7, 8 y 8.1 con el fin de “instarlos” a actualizar a Windows 10 de una manera demasiado agresiva, con todo tipo de mensajes, desde pop-ups hasta advertencias a pantalla completa.

La aplicación Get Windows 10 no sólo se descargaba automáticamente, sino que ésta descargaba también por sí sola los archivos necesarios para actualizar a Windows 10, con el fin de que cuando el usuario hiciera click en la aplicación, la actualización se realizase en el menor tiempo posible. Esto se realizaba sin el consentimiento del usuario, y generaba que algunos sufrieran problemas como que se quedasen sin espacio de almacenamiento (sobre todo en SSD de poca capacidad) o que perdieran valiosos GB de datos en su tarifa mensual en el caso de tener una conexión limitada (o peor, al hacer tethering con el móvil hacia el sistema operativo).

Por ello, Microsoft ha decidido realizar algunos cambios para evitar que este tipo de situaciones vuelvan a darse, y a partir de ahora promete que cuando lancen nuevas versiones del sistema operativo (como la próxima Windows 10 Fall Creators Update que llegará el mes que viene), los archivos no se descargarán sin el consentimiento del usuario.

Descargar las actualizaciones a la fuerza genera demasiados problemas, e instalarlas sin consentimiento aún más

Este cambio de rumbo vino a raíz de que en Alemania la oficina de protección al consumidor empezase a investigar cómo gestionaba Microsoft las actualizaciones a Windows 10. Ahí, la compañía reconoció que no todo funcionaba como se esperaba, y afirmó que se habían equivocado y que no iba a volver a ocurrir.

windows-equivocado

La oficina de protección al consumidor espera que este caso sirva como ejemplo a otras compañías para ver que forzar actualizaciones de software sin el consentimiento del usuario es algo que no está bien visto y que cargarán contra las empresas que lo hagan.

Estas actualizaciones forzadas han generado bastantes problemas a muchos usuarios de Windows, ya que mientras Windows 7 y 8.1 funcionaban bien en sus ordenadores, una vez que pasaron a tener Windows 10 encontraron todo tipo de incompatibilidades y errores, sobre todo con programas que funcionaban bien en versiones anteriores, pero que no funcionaban bien en Windows 10. Por ello, es mejor que sea el usuario quien elija cuándo y cómo actualizar, una vez que se haya asegurado de que tendrá total compatibilidad en la nueva versión del sistema operativo con los programas que usa.

 

Fuente: Softpedia | adslzone